28 de octubre de 2025
Estados Unidos y China reactivaron el diálogo diplomático a cuatro días del encuentro entre Trump y Xi Jinping

Marco Rubio y Wang Yi mantuvieron una conversación telefónica para preparar la cumbre en Corea del Sur mientras Beijing pide "encontrarse a mitad de camino"
El primer ministro chino, Li Qiang, reforzó el mismo mensaje desde Kuala Lumpur, donde participa en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En un discurso dirigido a las potencias regionales, denunció el “unilateralismo” y advirtió que el mundo “no debe volver a la ley de la selva, donde el fuerte somete al débil”. Sus palabras fueron interpretadas como una crítica directa a las políticas arancelarias de Trump, que han afectado no solo a China, sino también a países aliados y han alterado las cadenas de suministro globales.
En las últimas semanas, la tensión se había reactivado tras un periodo de relativa calma. China amplió sus controles sobre las exportaciones de Trump, de gira por Japón antes de volar a Corea del Sur, declaró a los periodistas que espera “salir de esta semana con un acuerdo”. El magnate republicano, que busca presentarse ante el electorado como un negociador duro pero eficaz, necesita mostrar resultados tangibles que refuercen su narrativa de recuperación industrial. Xi, por su parte, enfrenta presiones internas por la desaceleración del crecimiento y los efectos prolongados de la guerra comercial.
El trasfondo de seguridad también pesa. Mientras los equipos económicos se reunían en Malasia, Analistas en Washington advierten que, incluso si se alcanza un pacto comercial limitado, la rivalidad estructural entre ambas potencias persistirá. Craig Singleton, experto en China del think tank Foundation for Defense of Democracies, sostuvo que cualquier acuerdo “solo supondría una estabilización temporal”. En su opinión, “ambos países están gestionando la volatilidad, calibrando la cooperación mínima necesaria para evitar una crisis mientras la competencia de fondo se mantiene”.Si Trump y Xi logran anunciar avances, el encuentro podría marcar una pausa en la confrontación económica que ha dominado el escenario global desde 2018. Si fracasan, el riesgo de una nueva espiral arancelaria y de fractura en la gobernanza del comercio mundial volverá a acechar.
