10 de septiembre de 2025
Etiopía inauguró la mayor represa de África y desató un conflicto con Egipto y Sudán por el agua del Nilo

La ceremonia de apertura reunió a altos funcionarios y representantes de diversos países, mientras persisten las interrogantes sobre el impacto ambiental y social para las comunidades cercanas y el futuro de la cooperación transfronteriza en la región
Etiopía completó las fases de llenado del embalse e inició operaciones sin alcanzar un acuerdo legal con sus vecinos aguas abajo, lo que provocó reiterados reclamos de Egipto y Sudán ante foros multilaterales. Abiy Ahmed buscó contener los temores externos y aseguró que la presa no representa amenaza para otros Estados, además de señalar que puede favorecer la regulación de inundaciones en áreas sudanesas y contribuir a la integración y desarrollo regional promovidos desde la Unión Africana.
Sudán, limítrofe con la presa, ubicada a unos 15 kilómetros de su frontera, depende del caudal del Nilo Azul para abastecimiento de agua potable y agricultura, en medio de conflictos armados y sequías persistentes.La represa sudanesa de Roseires, situada unos 110 kilómetros aguas abajo de la GPRE, enfrenta riesgos si Etiopía no comunica anticipadamente los volúmenes liberados. Abdullah Abderrahman, encargado de Roseires, aseguró que la nueva infraestructura etíope ha ayudado a controlar los desbordes y reducir sedimentos, pero la preocupación se mantiene y podría intensificarse ante decisiones unilaterales.
El gobierno de Esna, en Egipto, denunció que las autoridades etíopes pretenden “movilizar a la población interna contra un enemigo imaginario”.El Ejecutivo de Abiy Ahmed defiende que su población, unos 135 millones de habitantes, con un 60% aún sin acceso a electricidad, se beneficiará directamente del desarrollo hidroeléctrico, y prevé la exportación de excedentes energéticos como motor económico para la región.
Las negociaciones tripartitas permanecen estancadas desde 2015 y el llenado se realizó sin consenso. El gobierno egipcio reafirmó su apuesta por la diplomacia y la moderación. “Cualquier idea errónea de que El Cairo podría ignorar sus intereses existenciales en el río Nilo es puramente ilusoria”, afirmó el canciller egipcio Badr Abdelaty.El cambio climático y la variabilidad de las lluvias añaden presión. Un estudio de 2019 citado, advirtió que la demanda hídrica podría superar la oferta en pocos años, alimentando temores de conflictos por el recurso.(Con información de EFE)