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14 de marzo de 2015

Así fue el show de Romeo Santos en Córdoba: Sigue siendo el Rey

Romeo Santos enloqueció a las 15 mil personas que fueron a verlo al Estadio Kempes. Su show empezó con retraso y los mosquitos no dieron tregua. No obstante eso, triunfó la bachata.


En menos de un año de sus dos últimos recitales en Córdoba, que se ofrecieron en el Orfeo Superdomo bajo la modalidad indoor, el cantante neoyorquino Romeo Santos volvió anoche a La Docta para revalidar el título de “El Rey de la bachata”. Lo hizo en el mundialista Estadio Kempes, que es donde se mide el alcance de popularidad y la sustancia artística de las estrellas internacionales de la música. Romeo revalidó su título en la cancha, como debe ser.

Tal y como sucedió en aquellas primeras veces de mayo de 2014, el público no defraudó en materia de respaldo y salió satisfecho con lo ofrecido desde el escenario. ¡Había hinchada en el Kempes! Más de 15 mil personas (según datos aportados por la organización, que esperaba una concurrencia superior pero que al mismo tiempo se mostró satisfecha con la conseguida) ocuparon sus lugares entre la pista y las plateas para ser testigos de una velada que se ambientó con un generoso repertorio, que osciló entre historias de amor, desamor, conquistas y engaños; todas, amplificadas por un sistema de sonido formidable, perteneciente a la firma Clair Bros, habitual proveedora en los actos a esta escala de los grupos de heavy rock.

Pero para el disfrute total hubo que esperar. Llegadas las 20.50, las tres pantallas led que adornaban el escenario se prendieron, pero el show comenzó recién a las 22.10. “¡Vamos que la Platinum está caída chicas! Las de atrás van a preguntar qué pasa”, gritó una fan llamada Silvia, mientras hacia sonar su corneta con la intención de “agitar” al resto. Y lo logró con creces.

Los mosquitos (una verdadera plaga después de varios días de lluvia) representaron lo más fastidioso de la noche, el elemento más complicado con el cual lidiar durante ese retraso. Pero todo quedo justificado cuando Él pisó el escenario.

Una hora y algunos minutos después de lo programado, luego del acto de apertura de Los Vapores, los primeros acordes de Inocente hicieron estallar la ansiedad contenida en la multitud que se expresó en forma de gritos, saltos y exclamaciones varias.

Las cámaras de fotos y celulares (sucesores modernos de los encendedores) iluminaron el campo y las plateas al mismo tiempo que el castillo que se proyectaba en las pantallas de led dispuestas al fondo abría sus puertas virtuales para invitarlo a salir a Él y a los 13 músicos que lo acompañaron.

Con unos jeans ajustados, remera negra al estilo, campera del mismo color y lentes oscuros (look que ya patentó como propio), Romeo Santos comenzó a desplegar sus encantos apenas se dejó ver.

En los shows de este artista se baila bachata en los mismos términos que en academias y gimnasios: el varón marca y la mujer se deja llevar. Sucedió anoche al igual que en todas las fechas previas del “VOL 2 World Tour”.

El público femenino, que redondeó una mayoría indiscutible, se entregó por completo a su ídolo y a sus planes para esta multitudinaria cita. “¡¿Cómo suena Córdoba esta noche!?”, “¿Dónde están los hombres románticos esta noche?” y la orden a sus músicos de que rindan al máximo porque “ellas se merecen lo mejor”, fueron los textuales más resonantes del moreno al cierre de esta edición.

Ellas entraron en éxtasis. Es indiscutible. Las canciones de Romeo tienen ese “no sé qué” que invitan a mover las caderas, incluso en aquellas personas para quienes la idea de aprender a bailar bachata es una verdadera utopía. Romeo pudo hasta con los tímidos. Y allí radica gran parte de su encanto, en su capacidad de generar al menos “espasmos musculares” como vestigio de felicidad en los pocos minutos o segundos que duran sus pegadizos estribillos.

AmigoPor un segundoCancioncitas de amor, Su venenoPromise, Infieles yNoche de sexo fueron los primeros temas de una lista que dejó margen para que dos coristas versionen un clásico de Pimpinela, Pega la vuelta.

En el promedio llegaron Soberbio7 díasLa diablaTu jueguitoLlévame contigo,Un beso y Necio, mientras que en el último tramo Mi santaOdioMi corazoncitoy Eres mía.

Mientras los detractores de la bachata se toman sus cabezas en gesto de desesperación y exclaman “¡qué pasa con el mundo que Romeo Santos no deja de llenar estadios!”, los seguidores del cantante nacido en el Bronx disfrutaron muchísimo en el Kempes, desentendidos de cualquier ninguneo a este fenómeno. 

Para ellos, disfrutar una inyección de bachata en vivo sirve para alejar las angustias y la destructiva mala onda (ajena y propia) durante la misma noche del recital y quizás algunas horas más. Tras un show que promedió poco más de dos horas, Romeo Santos logró su cometido y, ante una “hinchada” efervescente, demostró que Él sigue siendo el Rey. De la bachata, al menos.

Sigue de gira

El de anoche fue el anteúltimo show de Romeo en Argentina. Una vez finalizado, viajó a Rosario para ofrecer su último recital en el país. Posteriormente, la gira que lo trajo aquí lo llevará por España, Suecia, Francia, Suiza, Estados Unidos, Uruguay y Canadá. ¡Ningún país parece inmune a la fiebre de la bachata!

La previa, entre suspiros y ansiedad bailable

El show de Romeo Santos en el Estadio Kempes estaba programado para las 21, pero ya a las 17 se comenzó a formar la fila de fanáticos ansiosos por ver a su ídolo. A las 19, la serpiente humana le daba vuelta a la circunferencia del mundialista, con todos y todas con su correspondiente entrada en mano. 
 

La platea femenina, y dentro de ellas las adolescentes, fueron predominantes en cuanto a convocatoria. Pero también había familias completas, incluso con niños y bebés. Este fue el caso de Jennifer y Rodrigo, quienes asistieron al Kempes con Mia, su pequeña hija que la semana próxima cumplirá un año. “La entrada se la regaló Papá Noel”, le contó Rodrigo a VOS mientras se acercaba a la puerta de ingreso.

Otros hombres como Pedro Segura, en cambio, no parecían muy convencidos de estar en el show, pero el amor a los suyos pudo más. “Desgraciadamente estoy aquí. No estaba en mis planes, pero bueno... Había que acompañar a la familia. Por ellos, todo”, declaró Segura con una mueca de resignación. Melania Orlando está en las antípodas con respecto al interés por ver al bachatero más famoso, al punto de haber tachado los días en el almanaque desde que adquirió su entrada. “Amo su ternura, su forma de hablar, su dulzura”, exclamó la adolescente ante la pregunta “¿qué te atrae de Romeo Santos”.

En la sinuosa fila de acceso también mataban la ansiedad aquellos más entusiasmados en el costado coreográfico de este fenómeno. Martín de 10 años, por ejemplo, se dio cita temprano muy dispuesto a bailar, divertirse y pasarla bien. Acompañado por su madre, el pequeño aseguró que el momento más esperado del show era Cancioncitas de amor. ¿La razón? La canción es la más indicada para poder desplegar unos pasos de bachata improvisada.
 

Propuesta indecente, en tanto, era el tema sobre el que depositaban sus expectativas Pabla, Mónica, Carina, Fernanda y Vicky, de Alta Gracia. Vale recordarlo: es en ese momento del show en el que Romeo invita a alguien del público para que se acueste en su cama.


 

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