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8 de mayo de 2024

Melissa Gilbert cumple 60: cómo se convirtió en Laura Ingalls, su amor por Michael Landon y sus problemas con el alcohol

La actriz que protagonizó La Familia Ingalls comenzó a actuar a los 3 años. El casting que la consagró como Laura Ingalls. La relación con Michael Landon y la la pelea que los distanció. Su oposición al bótox y las cirugías estéticas. Los achaques de salud que la aquejaron los últimos años

Títulos del episodio piloto de La Familia Ingalls, la serie producida, dirigida y protagonizada por Michael Landon />
Títulos del episodio piloto de La Familia Ingalls, la serie producida, dirigida y protagonizada por Michael Landon

Sus padres adoptaron a Melissa las pocas horas de nacer. Su madre era Barbara Crane y su padre Paul Gilbert; ambos eran actores. Su abuelo también pertenecía al mundo del espectáculo. Fue el jefe de guionistas de varios programas de televisión, entre ellos El Show de Dean Martin. Ya de grande, Melissa se enteró que la decisión de adoptarla fue súbita. Sus padres no eran infértiles; ambos tuvieron hijos con otras parejas. No estaban buscando un hijo cuando la madre recibió un llamado del hospital. Era una amiga que le contaba de una mujer que estaba por dar a luz su cuarta hija. El matrimonio no pasaba por una buena situación económica y quería dar en adopción el bebé. La mujer le dijo a Barbara por teléfono: “No sé por qué pensé en vos”. Ella, sin saber qué pensar, sin haber tomado una decisión, llamó a su marido. Paul Gilbert respondió de inmediato: “Adoptémosla. Hagámosla nuestra hija. Por algo nos llamaron a nosotros”.

Cuando Melissa tenía 11 años y mientras estaba grabando la segunda temporada de La Familia Ingalls su padre murió. A ella le dijeron que se trató de un ACV. Sin embargo la verdad la conoció recién cuando cumplió 45 años. Su padre se había suicidado. Paul sufría stress post traumático a raíz de su paso por la guerra. Desde hacía algunos años padecía una depresión severa.

Si la relación con Michael Landon siempre se había acercado a lo paterno-filial a partir de ese momento se profundizó. Michael cuidó de ella, la integró a su familia, la llevó los fines de semana y las vacaciones con su esposa y sus hijos. Melissa pasó a ser una más de la familia Landon.

En la última temporada de la serie la relación entre el Michael y Melissa se enfrió. Landon no era en su vida real tan apacible y familiero como en la pantalla. Se separó de su esposa Lynn. Fue un pequeño escándalo porque se descubrió que salía con la vestuarista de la serie quien luego se convertiría en su última esposa, que estaría con él hasta su temprana muerte.

La ruptura produjo tensión en el set y toma de partido en el círculo íntimo. Melissa condenó lo que ella consideró una traición de Michael a Lynn (la llamaba Tía Lynn), que además era muy amiga de su madre. Melissa se quedó del lado de Lynn, la siguió frecuentando, Leslie Landon ya no sólo era quien le había anunciado que había sido elegida para interpretar a Laura sino su mejor amiga. Y por algunos meses Melissa estuvo de novia con Michael Jr, el hijo de Landon.

La Familia Ingalls finalizó en 1983, tras nueve temporadas y 206 episodios. El rating había bajado, los televidentes habían cambiado.

Cuando los directivos decidieron dar de baja el programa nadie se animaba a comunicar la noticia a Landon, conocido por defender sus productos con furia. Él se enteró antes de la confirmación oficial. Melissa Gilbert en sus memorias cuenta que con la rabia por el destrato planeó una venganza. Para el último capítulo de los Ingalls imaginó a un millonario que llegaba a quedarse con sus tierras. La familia y los otros pobladores decidían prender fuego sus casas, dejar tierra arrasada para que los que llegaban no disfrutaran de su esfuerzo. Más allá del final para la serie, ese argumento funcionó como excusa para Michael Landon ejecutara su venganza: el canal ya no podría reutilizar sus decorados ni ningún elemento escenográfico como solía hacerse.

Junto
Junto a Rob Lowe, entonces su novio, cuando se descubrió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Fue la actriz más joven en conseguila

La reconciliación de Melissa con Michael Landon llegó al final de la vida del actor. En 1991, meses antes de su muerte, Landon apareció en el Tonight Show de Johnny Carson para contar que padecía de cáncer de páncreas. Se mostró alegre, vital, dando pelea. La presentación no se debió a un ataque de desmesurado optimismo ni al amarillismo de Carson. Landon quiso dar su versión en el popular programa, en un ámbito seguro, para que la prensa dejara de acosarlo y poder transitar su agonía en paz, sin hostigamientos. Melissa, en su hogar frente a la televisión, no pudo dejar de llorar desde el primer momento de la entrevista. La mañana siguiente retomó el contacto con Michael Landon y lo fue a visitar. Le agradeció por todo lo que le había dado y le dijo lo que ambos ya sabían: su amor era incondicional y lo habitaba un sentimiento filial.

En los años 80, Melissa estuvo a punto de casarse con Rob Lowe, galán de mucha fama en el momento e integrante del Brat Pack, ese grupo de actores jóvenes que integraban entre otros Emilio Estevez y Tom Cruise. En medio de los preparativos para la boda y bajo la terrible presión de la prensa, la pareja se separó.

Después de integrar el Brat Pack más como novia de Rob Lowe que por derecho propio, Melissa Gilbert siguió intentando encontrar un papel que hiciera olvidar a Laura Ingalls. Además de participar en varios telefilms, se presentó a castings de películas más ambiciosas, más prestigiosas. Una de esas audiciones generó mucha polémica. Melissa aspiró al papel –que luego interpretó Meg Ryan- de novia de Jim Morrison en The Doors, la película de Oliver Stone. Melissa dijo que en el casting fue maltratada y hasta humillada por Oliver Stone. Supuso que el motivo eran unas viejas declaraciones suyas en contra del director. Adujo que Stone la trató con dureza y le hizo hacer, en frío, una escena muy fuerte, de alto contenido sexual. Stone respondió que del casting habían participado varias actrices, que se habían seguido los protocolos habituales y que nadie podía sorprenderse del tenor de las escenas porque era una película sobre el mundo del rock and roll que trataría de estirar los límites, no era un secreto que la película tendría fuerte carga sexual.

Melissa
Melissa fue durante dos periodos, entre 2001 y 2005, presidenta del sindicato de actores (Getty Images)

Durante dos periodos, del 2001 al 2005, Melissa fue la presidenta del sindicato de actores, del Screen Actors Guild. Luego se quiso lanzar como congresista pero sus problemas de salud la hicieron desisitir.

Hace unos años, ya casada con Timothy Busfield, también actor su tercer marido, Melissa tomó una decisión: envejecer naturalmente. Se quitó los implantes mamarios, dejó de aplicarse bótox y otros productos en su cara, renegó de sus pasadas cirugías estéticas y hasta dejó de teñirse. Con humor dijo que mientras se aplicó bótox su cara parecía la de “un engendro de satán, con los ojos fijos y las cejas puntiagudas”. No se reconocía cuando se miraba al espejo y sólo podía ver que había perdido expresividad, que sus gestos habían quedados petrificados, algo decididamente poco recomendable para alguien que se dedica a la actuación. “Todos los productos y tratamientos de belleza se promocionan como ‘antienvejecimiento’. Saben qué: no existe eso. Es imposible no envejecer”, dijo.

En su última publicación de Instagram, hecha una semana atrás, Melissa sólo fijó una frase: “Estoy en una edad en la que creo firmemente tener 29, mi humor sugiere que tengo 12 y mi cuerpo decididamente murió en la Guerra Civil”.

Durante varias décadas, Melissa luchó contra la imagen que el público tenía de ella. Eso afectó también la manera en que se valoraba a sí misma. Como tantas estrellas infantiles, su imagen quedó para muchísima gente cristalizada en su momento de gloria, cuando la conocieron. En su caso entre los 10 y los 18 años. Para la gran mayoría del público ella debe seguir siendo Laura Ingalls, la niña buena, inocente de trenzas prolijas y largas y la sonrisa delgada, ingenua, perfecta.

A diferencia de otras estrellas infantiles, Melissa nunca renegó del personaje que le dio fama. Está muy agradecida a Laura, a Michael Landon y a los Ingalls. Unas semanas atrás fue junto a otras dos actrices del elenco original, al lugar en el que tuvieron lugar las grabaciones de la serie durante casi una década. Se cumplía el 50 aniversario de la emisión del piloto y Melissa fue una de las homenajeadas. Sólo tuvo palabras de gratitud hacia el proyecto y hacia su mentor.

Una
Una imagen que Melissa subió a sus redes sociales después de superar la cuarta operación de columna. Los dolores la persiguieron durante décadas (@melissagilbertofficial)

En algún momento de su vida adulta, Melissa tuvo problemas con el alcohol y los medicamentos prescriptos para sus dolores crónicos de espalda.

Cuenta en sus memorias que llegó a tomar, todos los días, dos botellas de vino. En un momento ya lo hacía a escondidas. Hubo una velada en que tomó conciencia de la gravedad de la situación. Estaba en su casa con su marido y con un amigo de la pareja. Los dos hombres no tomaron. Ella iba a la cocina con cualquier excusa para apurar sus copas de vino. Avanzada la noche mientras los hombres conversaban, ella se quedó dormida en la cucha del perro. Su marido no la pudo despertar. El hombre habló del insomnio y de las pastillas para el dolor, para excusarla frente al amigo. Luego se quedó al lado de ella, muy preocupado, hasta que despertara. Pasaron muchas horas. Cuando logró despabilarse, Melissa no entendía qué había sucedido, por qué estaba en el lugar destinado al perro de la familia, por qué le dolía tanto la cabeza, por qué no podía pensar con claridad. Junto a su marido decidieron que era momento de hacer algo, de consultar un especialista. Después de varias consultas, Melissa comenzó un tratamiento para combatir su alcoholismo. Lo único que le pidió a su doctora fue no ser internada en una clínica de rehabilitación, para que la noticia no se filtrara a la prensa y que su familia no tuviera que pasar vergüenza por sus dificultades con el alcohol. Realizó el tratamiento en su hogar y hace más de una década que está alejada de las bebidas alcohólicos.

En alguna entrevista dijo que su gusto por el alcohol podía ser otra derivación de su devoción por Michael Landon. Cuenta que el actor (que en algún momento también tuvo problemas con el alcohol) siempre estaba en el rodaje con una gran taza blanca. Pero que adentro no había café. Melissa escribió que posiblemente durante años le gustaron los hombres que tomaban porque añoraba el olor a vodka que sentía cada vez que Landon estaba cerca.

En los últimos años, Melissa Gilbert atravesó varios problemas de salud. Tuvo que enfrentar cuatro cirugías de columna por sus dolores permanentes. La última, de gran magnitud, en la que reemplazaron varios discos pareció ser la que definitivamente resolvió sus problemas y los atroces dolores crónicos.

Hoy Melissa Gilbert cumple 60 años. El mundo la conoce desde que tiene 10. Para todos seguirá siendo, para siempre, Laura Ingalls.

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