Los argentinos que eligen Río de Janeiro como destino de sus vacaciones, inevitablemente emprenden una excursión por el Estadio Maracaná, ícono de la ciudad. Anoche, para continuar con la tendencia, Flamengo "sacó a pasear" por el mítico escenario a San Lorenzo, al que aplastó por 4-0.

En el primer tiempo, el local asumió mayores riesgos e intentó -en todo momento- ser protagonista. Sin embargo, esa ambición no se vio reflejada en el marcador, especialmente porque careció de ideas en los metros decisivos. En ese contexto, apenas se pudo destacar una acción de Everton que dio en el palo y una respuesta de la visita en la cabeza de Lautaro Montoya, quien estuvo muy cerca de abrir la cuenta.

Muy distinto fue el desarrollo en el complemento, debido a que el Fla sacó a relucir la chapa de candidato. A la hora de argumentar la diferencia, probablemente mucho tuvo que ver la forma en la que llegaron ambos conjuntos, considerando que los brasileños ya jugaron 10 partidos oficiales, mientras que el Cuervo aún no debutó en la competencia doméstica. Así, sin grandes respuestas físicas en la visita, el local pudo mostrar mayor sapiencia en la elaboración, que le permitió traducirlo en el resultado final: a los 3 minutos Diego protagonizó la primera emoción de la noche con una ejecución de tiro libre extraordinaria para el 1-0 parcial, y a partir de ahí la cancha se inclinó definitivamente a favor del Flamengo, que estiró la ventaja mediante Trauco y convirtió el marcador en goleada gracias a Rómulo. Y si bien Sebastián Torrico le contuvo un penal a Paolo Guerrero, no pudo evitar la catástrofe deportiva de San Lorenzo, que sufrió el cuarto cachetazo en los pies de Gabriel.

De esta manera, el debut oficial estuvo muy lejos de ser el soñado para el club de Boedo, y en caso de no emprender un cambio drástico en lo inmediato, la aventura en la Libertadores será muy corta.