31 de octubre de 2025
El cero, la idea revolucionaria que cambió la historia de las matemáticas y la ciencia

De símbolo relegado a simple marcador en las primeras civilizaciones, su invención fue mucho más que un simple aporte simbólico. Cómo su surgimiento permitió el avance del cálculo y sentó las bases lógicas de todo el pensamiento científico moderno
El reconocimiento del cero como un número con entidad propia fue una hazaña conceptual que se dio varios siglos después. El matemático indio Brahmagupta cambió para siempre el curso de las matemáticas en el año 628. En su obra, Brahma-sphuta-siddhanta, no solo incluyó reglas para operar con el cero —sumar, restar y multiplicar— sino que también aceptó los números negativos en la aritmética. Su trabajo marcó un antes y un después al proponer operaciones en las que el cero ya no era un simple marcador, sino un número legítimo.
La mayor ampliación del papel del cero llegó durante el siglo XVII, con el desarrollo del cálculo diferencial e integral. Tanto Isaac Newton como Gottfried Wilhelm Leibniz trabajaron de manera independiente en métodos para manipular cantidades que tienden a cero sin convertirse exactamente en cero. El concepto de lo infinitesimal permitió resolver problemas hasta entonces imposibles y proporcionó una herramienta poderosa para estudiar el cambio y el movimiento en la naturaleza.
El cálculo, y por extensión toda la ciencia moderna, depende completamente de la existencia del cero. Sin la posibilidad de describir valores que “se aproximan” a la nada, resultaría impensable construir teorías físicas, tecnológicas o económicas que modelan el mundo real. Así, lo que empezó como un símbolo discreto se convirtió en el eje de las matemáticas aplicadas, marcando la diferencia entre el avance científico y la limitación conceptual.En el siglo XIX, la matemática experimentó una transformación profunda con la aparición de la teoría de conjuntos, que otorgó al cero un nuevo estatus. El conjunto vacío, simbolizado por “∅”, se definió como el conjunto que no contiene ningún elemento, convirtiéndose en el origen lógico para construir todos los números naturales. A partir de este punto cero, cada número se forma agregando “conjuntos de conjuntos”, un proceso que estructura todo el edificio matemático desde su base.Detrás de todo sistema numérico, notación posicional, operación aritmética o modelo científico, se encuentra la presencia silenciosa del cero. Su invención no solo permitió contar y calcular con mayor precisión, sino que posibilitó el surgimiento de la matemática avanzada, la ciencia y la tecnología actual. Así, lo que alguna vez fue visto como un simple marcador de ausencia, se revela hoy como el elemento más importante e insustituible de la matemática.

 
                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                   
 

