29 de octubre de 2025
Por qué un científico de Harvard sigue afirmando que el cometa 3I/ATLAS es un visitante interestelar inteligente

El polémico astrónomo Avi Loeb volvió a afirmar en su blog personal que “el objeto es una nave espacial alienígena que se está desacelerando”, a medida que se acerca al Sol. Cuáles son sus argumentos
El cometa 3I/ATLAS destaca por su composición química inusual y su comportamiento atípico frente al Sol. Su anti-cola estaba formada principalmente por dióxido de carbono y agua, con trazas de cianuro y una aleación de níquel nunca vista en la naturaleza, sino utilizada en procesos de fabricación humana. Esta combinación de elementos no solo genera debates sobre su origen, sino que lo convierte en un objeto excepcional dentro del grupo de cometas interestelares.
Otro rasgo sorprendente es la actividad del cometa a grandes distancias del Sol. Mientras otros cometas permanecen inactivos lejos de la estrella, 3I/ATLAS ya liberaba gases y partículas, lo que sugiere que su superficie tiene zonas activas extensas o materiales volátiles distintos a los esperados.El brillo y la variación de color del cometa también llaman la atención. Su tonalidad cambia conforme se aproxima al Sol, evidenciando variaciones en los gases que emite, vinculadas a compuestos como cianuro y níquel. Este comportamiento sugiere una estructura química y física distinta a la de los cometas que habitualmente atraviesan el Sistema Solar.
En cuanto a su trayectoria, 3I/ATLAS sigue una órbita hiperbólica, confirmando su origen interestelar. Sin embargo, su alineación casi perfecta con el plano de la eclíptica y ciertos acercamientos calculados a Venus, Marte y Júpiter llevaron a Loeb a plantear que esta disposición orbital podría facilitar la llegada de una nave extraterrestre a la Tierra, en concordancia con su concepto de “modestia cósmica”, que critica la idea de que los humanos estén solos en el universo.La antigüedad del cometa lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo. Con aproximadamente 10.000 millones de años, es mucho más antiguo que nuestro sistema solar, cuya edad se estima en 4.600 millones de años. Compuesto de hielo, polvo y gases prácticamente inalterados, transporta material primordial de las etapas iniciales de la galaxia, ofreciendo a los astrónomos una ventana única para estudiar las condiciones físicas y químicas del universo temprano.
Las observaciones realizadas con el Telescopio Óptico Nórdico de España confirmaron la aparición de una verdadera cola cometaria mientras el objeto se aproximaba al Sol, lo que permitió medir la cantidad de material expulsado y la energía que recibe del astro, estimada en 33 gigavatios. La NASA, a través de la cámara HiRISE, captó imágenes del cometa cuando pasó a 12 millones de millas de Marte, aunque estas aún no se publicaron por motivos administrativos.El seguimiento internacional de 3I/ATLAS se mantiene activo. La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) lo incluyó en su lista de observación y destacó que, aunque no representa amenaza, ofrece “una gran oportunidad para que la comunidad del IAWN realice un ejercicio de observación debido a su prolongada visibilidad desde la Tierra y su alto interés para la comunidad científica”.
El comportamiento del cometa frente a la radiación solar también es atípico. Mientras otros cometas muestran un aumento gradual de actividad, 3I/ATLAS ya liberaba dióxido de carbono en proporciones inusualmente altas, con menor presencia de agua de la esperada. Esto apunta a un posible mecanismo interno o a una composición superficial distinta, que mantiene la curiosidad de los científicos sobre si estamos ante un cuerpo natural o un objeto con características tecnológicas.En suma, 3I/ATLAS representa un hallazgo que combina misterio, ciencia y especulación. Su composición inusual, trayectoria hiperbólica, anomalías polarimétricas, actividad a distancia y variación de color lo convierten en un objeto sin precedentes. La comunidad científica se enfrenta al reto de discernir qué fenómenos pueden explicarse por procesos naturales y cuáles podrían sugerir la existencia de mecanismos desconocidos.
Como señaló Loeb: “El objeto ha mostrado varias características anómalas y presentamos la hipótesis de que pueda tener origen tecnológico y posiblemente hostil”. Este visitante interestelar no solo promete revolucionar la astronomía, sino que también desafía nuestra perspectiva sobre el lugar de la humanidad en la galaxia.


