27 de octubre de 2025
Una victoria tan sorpresiva como contundente

Sorpresivo desempeño del Gobierno cuando todo parecía indicar que no habría ganadores ni perdedores nítidos. El oficialismo consiguió un mapa “pintado de violeta” cuando encaraba estas elecciones debilitado
Un Gobierno que imaginaba un escenario de paridad a nivel nacional con el peronismo, y que parecía aspirar a estar cerca de un presunto techo que estimaba en torno a los 35 puntos, no solo superó el total agregado de votos a nivel nacional de 40 puntos, con una diferencia de casi 10 puntos sobre el peronismo, sino que se alzó con la victoria en distritos clave. De un escenario en el que los propios libertarios proyectaban un triunfo en apenas 5 provincias (Mendoza, CABA, Salta, Tierra del Fuego y Entre Ríos), pasó a imponerse en 16 de los 24 distritos, con resonantes victorias por amplio margen en Córdoba y Santa Fe, y un ajustado aunque sorprendente triunfo Buenos Aires, donde hace apenas 50 días había sido derrotado por 14 puntos en las elecciones provinciales.
A manera de hipótesis preliminares el oficialismo pareciera, en primer lugar, haberse visto favorecido por al ausentismo, entre los que presumiblemente habría amplios sectores desencantados, frustrados o hastiados por la asfixiante situación económica pero que, o bien no encuentran otras expresiones políticas para expresar ese descontento, o bien no están convencidos de castigar explícitamente al presidente.En segundo lugar, LLA pareciera haber logrado fidelizar un voto duro que le había sido esquivo en las elecciones bonaerenses, y que se habría activado no solo ante la agitación del miedo al pasado sino también ante la perspectiva de que un resultado negativo dejara al gobierno en una situación de extrema debilidad. En tercer lugar, en el contexto de una campaña fuertemente polarizada y marcadamente negativa, donde las dos principales fuerzas en pugna apelaron al miedo, pareció primar el temor al pasado que a un Gobierno al que todavía parece concedérsele algún crédito de cara al futuro.Lo cierto es que más allá de estas interpretaciones, y de una performance electoral tan contundente como inesperada a la luz del calvario de los últimos meses, la expectativa se desplazará a lo que ocurra en los próximos días y, en particular, a la reacción presidencial ante los resultados. Es sabido que en Washington y Wall Street le han pedido a Milei que avance en la construcción de los consensos necesarios no solo para garantizar gobernabilidad, sino para avanzar en reformas estructurales. Asimismo, que aun con este resultado que le permite superar holgadamente el tercio para blindarse en diputados, el oficialismo nacional estará lejos de asegurarse la capacidad de iniciativa propia ni en Diputados ni mucho menos en el Senado.
Frente a ello, un gran interrogante se impone: ¿Milei seguirá la recomendación de su “amigo americano” respecto a la necesidad de ampliar el espacio o se envalentonará con un resultado leído en términos plebiscitarios? Y, adicionalmente, ¿los cambios y reacomodamientos que el propio Gobierno viene anunciando públicamente e insinuando en privado serán significativos e implicarán una nueva dinámica en la toma de decisiones, o serán más bien cosméticos y primará la inercia? ¿Macri será a partir de hoy tan necesario como parecía la semana pasada? Todas incógnitas que habrán de ir revelándose a partir de esta noche.


