24 de octubre de 2025
La vacuna de ARNm contra el COVID-19 puede mejorar la supervivencia en pacientes con ciertos tipos de cáncer

Un estudio preliminar realizado en Estados Unidos y publicado en Nature que fue realizado en modelos animales y con estudios clínicos, mostró que esos inmunizantes, junto a la inmunoterapia, mejoraron la activación inmune contra tumores
Para analizar los mecanismos responsables de esta mejoría, se recurrió a modelos animales. Los investigadores explicaron que las vacunas de ARNm emiten una señal de alarma que propicia una activación robusta del sistema inmune, ayudando a identificar y destruir células cancerosas y superando estrategias utilizadas por los tumores para esquivar las defensas inmunológicas.
“Cuando se combinan, las vacunas y los inhibidores de puntos de control inmunitario se coordinan para liberar todo el poder del sistema inmunitario para matar las células cancerosas”, explicaron Grippin y Marconi.Los hallazgos del nuevo estudio sugieren que las vacunas de ARNm podrían proporcionar el estímulo necesario para activar estos tumores. Los propios autores afirmaron que “las vacunas de ARNm podrían proporcionar la chispa que el sistema inmunitario necesita para activar estos tumores ‘fríos’”.
El artículo publicado en Nature detalla que en los modelos preclínicos, la administración de vacunas de ARNm contra el SARS-CoV-2 resultó en un marcado aumento en la producción de interferón tipo I, una citocina fundamental en la preparación de las células inmunitarias para atacar el cáncer.Al examinar la evolución clínica de los pacientes, el análisis mostró que quienes recibieron la vacuna de ARNm contra la COVID-19 dentro de los primeros 100 días tras el inicio de la inmunoterapia mostraron una mediana de supervivencia general de 37,3 meses para el cáncer de pulmón, muy superior a los 20,6 meses de quienes no se vacunaron en ese rango temporal.
Entre quienes padecían melanoma metastásico, la mediana de supervivencia general alcanzó 26,67 meses en los vacunados, mientras que el grupo de no vacunados no llegó a establecer una mediana definida en el período de seguimiento. A los tres años, la supervivencia fue de 55,7 % entre los pacientes vacunados, contra 30,8 % entre quienes no recibieron la vacuna en cáncer de pulmón, y de 67,6 % contra 44,1 % para melanoma metastásico.Los experimentos en animales confirmaron que la combinación de vacunas de ARNm y bloqueo de PD-L1 inhibió el crecimiento tumoral en mayor medida que cualquiera de los dos tratamientos por separado. Cuando se bloqueó la acción del interferón tipo I, el efecto antitumoral desapareció por completo, lo que respalda la función central de esta citocina. Modificaciones específicas del ARNm en los modelos animales evidenciaron que la capacidad de estimular el sistema inmune puede incrementarse aún más alterando ciertos componentes químicos del mensaje genético.
En voluntarios sanos, la vacunación con ARNm contra la COVID-19 produjo un aumento transitorio, pero muy marcado de los niveles plasmáticos de interferón alfa —hasta 280 veces por encima del nivel inicial a las 24 horas—, junto con activación notable de células específicas del sistema inmune, efectos que desaparecieron en el lapso de una semana.El equipo planea avanzar con un ensayo clínico nacional en Estados Unidos, en pacientes con cáncer de pulmón, en el cual los participantes serán asignados aleatoriamente a recibir o no la vacuna de ARNm contra la COVID-19 en paralelo al tratamiento inmunoterapéutico estándar.
El objetivo será determinar si la administración de estas vacunas debe incorporarse como parte del tratamiento regular en estos casos. “Esperamos que este enfoque ayude a muchos pacientes que reciben inmunoterapia, especialmente a aquellos que actualmente carecen de opciones terapéuticas eficaces”, expresaron los autores.Los autores enfatizaron que, aunque estos resultados abren una nueva vía de investigación, la evidencia sobre el potencial de las vacunas de ARNm como adyuvantes para la inmunoterapia contra el cáncer todavía se encuentra en etapa preliminar. La validación definitiva dependerá de los resultados del próximo ensayo clínico antes de considerar cambios en las prácticas clínicas habituales.

