22 de abril de 2025
El principal acusado por el crimen de Santiago Aguilera Allende confesó haber participado del secuestro del joven

Walter Ezequiel Gil, con quien la víctima intercambió mensajes por última vez, declaró en el juicio que se lleva a cabo en Córdoba
En ese momento, el acusado trabajaba en el corralón de materiales de la familia, lo que le permitió acercarse a la víctima. Ese vínculo se volvió clave para la investigación, ya que las autoridades consideran que fue él quien facilitó el acceso al joven.
El padre de Santiago había señalado en declaraciones previas que Gil comenzó a trabajar con ellos apenas dos meses antes del crimen. “El 16 de agosto es el día que salió Santiago”, indicó. El cuerpo fue hallado sin vida cinco días después en un embalse de la zona de Boca del Río, por un baqueano que recorría el campo con sus animales. El cadáver vestía la misma ropa que tenía puesta la última vez que lo vieron sus padres. En paralelo a la búsqueda, la madre del joven recibió dos mensajes extorsivos el 17 de agosto, cerca de las siete de la mañana. En ellos, los secuestradores exigían siete millones de pesos para mantener con vida al adolescente.Durante la audiencia de este lunes también declararon policías que participaron en la primera etapa de la investigación, apenas se formalizó la denuncia por secuestro.
Los peritos forenses confirmaron ante el Tribunal que el chico de 18 años fue víctima de torturas antes de su muerte. Durante la audiencia de la semana pasada, el médico Moisés David Dib presentó el informe de la autopsia realizada sobre el cuerpo, detallando la existencia de múltiples heridas compatibles con un contexto de violencia sostenida. Según explicó, las lesiones tenían diferente grado de evolución, lo que indica que fueron provocadas en distintos momentos, entre 48 y 72 horas antes del fallecimiento.