5 de noviembre de 2024
La vertiginosa historia de Ángela Nikolau e Iván Beerkus, la pareja que escala los rascacielos más altos del mundo

Estos “rooftoppers” son expertos en el arte de subir hasta la cima de monumentales construcciones sin equipos de seguridad
El éxito en redes sociales de la pareja es un fenómeno indiscutible. En plataformas como Instagram y TikTok, sus videos y fotos reciben miles de interacciones y comentarios. La imagen de ambos desafiando la gravedad en los puntos más altos del mundo tiene un magnetismo especial, aunque Angela insiste en que su motivación va más allá de los “likes”. Para ella, el rooftopping es una forma de arte en la que cada detalle cuenta, desde los colores de su ropa hasta la ubicación de los drones que capturan sus poses. “Cada imagen es una pintura en el aire”, afirma.
Sin embargo, el rooftopping también es un deporte mortal. Las caídas fatales son comunes en esta práctica extrema, algo que el propio documental recoge con respeto y crudeza. “Muchas personas de nuestra comunidad han perdido la vida haciendo esto”, confiesa Angela, que reconoce haber tenido que confrontar su miedo a las alturas una y otra vez para lograr sus hazañas. En el documental, se ve cómo Ivan la ayuda a superar una crisis de pánico en una estructura angosta en Tailandia, un momento que refleja la vulnerabilidad y la confianza que comparten.La creciente fama de estos rusos ha generado debates sobre la ética y los peligros de su práctica. Aunque aseguran que lo hacen por una cuestión artística, las críticas en redes sociales no se han hecho esperar, especialmente tras el ascenso a la torre Merdeka en Kuala Lumpur. Algunas personas cuestionan si la pareja toma estos riesgos solo por la visibilidad en Instagram, mientras que otros creen que están inspirando a jóvenes a imitar actividades peligrosas. La propia Angela, lejos de rechazar las críticas, asegura que se siente fascinada por ellas: “Ahora disfruto viendo cómo inventan nuevas formas de acusarnos de ser falsos”, declara con ironía en el documental.Jeff Zimbalist, el director de Skywalkers, fue cuidadoso al establecer medidas de seguridad durante la filmación, pero confiesa que hubo momentos en los que la ética se puso en juego. “Queríamos asegurarnos de que no se sintieran presionados a hacer algo más peligroso de lo normal”, explicó en una entrevista, subrayando que el verdadero suspenso de la película radica en si Angela e Ivan logran confiar el uno en el otro.Con el documental ya disponible en Netflix, la pareja espera poder dedicarse también a otros proyectos artísticos. Ivan ha comenzado a experimentar en la música, mientras que Angela, quien tiene formación en artes, ha presentado varias pinturas en galerías privadas. No obstante, la pasión por los rascacielos sigue siendo su motor principal. Aunque muchos se preguntan si alguna vez abandonarán el rooftopping, Angela responde con una sonrisa: “Quizás cuando tengamos 75 años”.