23 de diciembre de 2025
El tenista del año: Horacio Zeballos supo reinventarse y alcanzó la gloria a los 40

Con dos Grand Slams ganados junto al español Marcel Granollers en 2025, el marplatense llegó a la cima de su carrera a una edad en la que la mayoría baja el telón
Zeballos y Granollers llevan más de cinco temporadas compartiendo cancha. Desde que comenzaron a jugar juntos en 2019, construyeron una de las parejas más estables y respetadas del circuito, combinando experiencia, solidez mental y una notable regularidad en los grandes torneos.
Granollers, por su parte, fue número 19° del mundo y conquistó cuatro títulos en singles: Houston 2008, Valencia 2011, Gstaad 2011 y Kitzbühel 2013. Con el paso del tiempo, ambos entendieron que el dobles no era un plan alternativo, sino un nuevo escenario para poder seguir compitiendo de forma profesional.
Juntos, el argentino y el barcelonés acumulan 15 títulos ATP, con Roland Garros y el US Open como las joyas más recientes y significativas. A ese logro se suman ocho Masters 1000: Canadá en 2019 y 2024, Roma en 2021 y 2024, Cincinnati en 2021, Madrid en 2021 y 2025, y Shanghai en 2023. También levantaron trofeos en los ATP 500 de Río de Janeiro en 2020, Halle en 2022 y Basilea en 2025, además de los ATP 250 de Buenos Aires en 2020 y Bucarest en 2025. Para Zeballos, estos éxitos elevaron su cuenta personal a 27 títulos de dobles a lo largo de su carrera, una cifra que lo ubica entre los grandes referentes argentinos de la especialidad.El recorrido también tuvo un hito histórico en 2024. Tras consagrarse campeones en mayo sobre el polvo de ladrillo de Madrid, la pareja alcanzó la cima del ranking mundial, convirtiéndose por primera vez en sus carreras en números uno del mundo. Para Zebolla, ese logro tuvo un significado adicional: se transformó en el primer tenista argentino en la historia en llegar al número uno del ranking de dobles, un registro inédito para el tenis albiceleste.La temporada de Zeballos ratificó que en el tenis la edad pasa a un segundo plano cuando hay convicción, capacidad de adaptación y una ambición intacta por seguir compitiendo. Reconstruido como especialista en dobles, consagrado como número uno del mundo y campeón de Grand Slam, el marplatense cerró un año inolvidable.


