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14 de noviembre de 2025

Cuáles son los exigentes requisitos para trabajar de porrista en la NFL: nivel de estudio, “pesajes regulares” e ingresos al año

Las cheerleaders, como se las conoce en los Estados Unidos, deben realizar una ardua labor durante los partidos. No obstante, tiene estrictas normas para cumplir con los estándares físicos y carecen de beneficios significativos

>La imagen pública de las porristas de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) suele asociarse a coreografías impecables, uniformes brillantes y sonrisas perfectas, pero la realidad de su labor dista mucho del glamour que se percibe desde las gradas. Detrás de cada presentación, existe una exigencia profesional que combina altos estándares educativos, disciplina física extrema y condiciones laborales restrictivas.

Se espera que sean deportistas de élite, embajadoras de la marca y modelos de conducta, tanto dentro como fuera del estadio. Esta exigencia educativa se suma a la presión de mantener una presencia pública intachable, bajo estrictos códigos de comportamiento que regulan incluso su vida privada.

Según informó el portal estadounidense Sports Illustrated, el trabajo de una porrista profesional implica mucho más que animar durante los partidos. A diferencia de los jugadores, que cuentan con sindicatos y contratos millonarios, las animadoras trabajan a tiempo parcial, perciben salarios modestos y carecen de beneficios significativos.

Su jornada se extiende más allá de los días de partido, ya que deben asistir a entrenamientos intensivos, eventos promocionales, sesiones fotográficas y actividades de caridad, muchas veces sin compensación adicional.

Las normas internas de otras franquicias refuerzan este nivel de control. Las animadoras de los Baltimore Ravens fueron sometidas a pesajes regulares, con la expectativa de mantener el “peso corporal ideal”, según un manual de 2009. En el caso de los Cincinnati Bengals, la exigencia era aún mayor: sus porristas debían mantenerse dentro de las tres libras (poco más de un kilo) de su “peso ideal”. Estas regulaciones evidencian la presión estética que acompaña a la exigencia física.

Los manuales de conducta de varias franquicias incluyen recomendaciones sobre el uso del maquillaje, la higiene personal e incluso técnicas de afeitado. En algunos equipos, se prohíbe a las porristas usar pantalones deportivos en público, con el objetivo de “mantener la imagen profesional”.

La rutina previa a un partido también exige una organización meticulosa. Mika, una porrista estadounidense que reside en Indianápolis, comparte en sus redes sociales los preparativos necesarios para cada encuentro. Según relata en TikTok, entre los elementos esenciales que lleva a cada partido se encuentran el uniforme, cambios de ropa, zapatos cómodos y maquillaje.

Para evitar olvidos, prepara todo en su valija la noche anterior, de modo que el día del juego solo debe tomar el bolso y dirigirse al estadio. Además, procura acostarse antes de las 21 horas para asegurar un descanso adecuado.

En cuanto a los requisitos formales para acceder a este puesto, la plataforma Climbt señala que la mayoría de las porristas de la NFL cuenta al menos con un título secundario o terciario, y en muchos casos, una carrera universitaria. Las especialidades más frecuentes incluyen negocios, comunicaciones e inglés.

El salario promedio de una animadora varía según el equipo, la experiencia y la ciudad de residencia. Según Climbt y Sports Illustrated, el salario medio anual es de USD 52.570 (USD 25,27 por hora), mientras que el 10% mejor remunerado puede alcanzar los USD 124.000 (USD 59,62 por hora).

La evolución de la remuneración también queda reflejada en la docuserie de Netflix, America’s Sweethearts, donde se muestra que, en el pasado, las animadoras llegaron a ganar USD 15 por partido. Algunas exintegrantes, entrevistadas en la serie, manifestaron su sorpresa al descubrir que los Cowboys les pagaban, considerando su labor como un puesto honorífico.

En la docuserie mencionada anteriormente, hacen alusión a que el aumento salarial de las animadoras escaló un 400% en los últimos años. No obstante, las cheerleaders lucharon largos años para esto. Además, los nuevos contratos también incluirían diferencias en los pagos por eventos y apariciones en los días de partidos. Sin embargo, en general siguen sin contar con un seguro médico.

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