19 de septiembre de 2025
La oposición busca aprovechar la debilidad parlamentaria de Milei para lograr una reforma clave de los DNU

La reforma, que ya tiene media sanción del Senado, limitaría considerablemente el marge de maniobra del Poder Ejecutivo y cambiaría por completo la lógica de los gobiernos en minoría. El peronismo busca aprobarla el 1 de octubre, antes de las elecciones
Esa ley estipula que los decretos sólo pueden ser rechazados con el voto mayoritario negativo del Senado y de la Cámara de Diputados. Es decir, el oficialismo de turno sólo necesita juntar una mayoría simple en una de las Cámaras. Además, si el Congreso no se pronuncia, los decretos permanecen vigentes.
A la inversa de lo que ocurre actualmente, la oposición sólo necesitaría juntar una mayoría en una de las Cámaras para invalidar todos los decretos. En caso de aprobarse, cambiaría por completo la lógica de los gobiernos en minoría, ya que sería prácticamente imposible que los Ejecutivos esquiven al Congreso para llevar adelante su plan de gestión. Los consensos mayoritarios se convertirían en un requisito casi ineludible para gobernar, un escenario muy distante al actual.
A partir de ese momento, el proyecto quedaría listo para ser tratado en el recinto y los tiempos juegan en contra del oficialismo ya que la sanción podría llegar antes de las elecciones de octubre.
El Gobierno deben aguantar hasta el recambio legislativo, ya que a partir del 10 de diciembre muy probablemente duplicará su bloque, lo que le aseguraría por lo menos controlar un tercio del recinto. Esta minoría es muy importante porque Milei podría vetar la ley de reforma de los DNU y la oposición en Diputados no podría alcanzar los dos tercios para insistir con la ley original.El tiempo es la variable clave. Justamente por eso, desde el bloque peronista confirmaron que apuntan a llevar el proyecto al recinto el miércoles 1 de octubre. Esa fecha le dará margen a la oposición para esperar el veto presidencial y rechazarlo antes del recambio legislativo.Ese número permite inferir que la aprobación es casi inevitable, pero al mismo tiempo muestra que el oficialismo todavía tiene margen de negociación ante un eventual veto presidencial. La oposición aún no tiene dos tercios para revertir un veto de Milei.