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11 de septiembre de 2025

TRAPPIST-1 e, el exoplaneta con indicios de atmósfera que podría convertirse en una “segunda Tierra”

Ubicado a 40 años luz de nuestro planeta, este intrigante cuerpo celeste sorprende a los astrónomos al mostrar características compatibles con la preservación de agua líquida en superficie. Qué logró desentrañar el telescopio James Webb sobre su composición, según Environmental News Network

>Nuevos datos obtenidos a través del Un La detección de indicios atmosféricos en TRAPPIST-1 e representa un avance clave, ya que una atmósfera adecuada favorecería la presencia de agua líquida, componente considerado necesario para la vida. Los datos iniciales del equipo apuntan a que este cuerpo celeste, ubicado en la llamada zona habitable de su estrella, reúne condiciones teóricas que permitirían el agua en estado líquido.

La investigación fue liderada por Nikole Lewis, profesora asociada de astronomía en la Facultad de Artes y Ciencias de Cornell University, quien estuvo al frente del programa.

También participaron Elijah Mullens, candidato a doctorado en astronomía, y Ryan Challener, investigador posdoctoral en el Centro de Astrofísica y Ciencia Planetaria de Cornell. El estudio contó con la colaboración internacional de expertos de distintas instituciones, quienes aportaron conocimientos esenciales para el análisis de los datos.

TRAPPIST-1 e forma parte de un sistema compuesto por siete planetas de dimensiones comparables a la Tierra, los cuales orbitan la estrella enana roja TRAPPIST-1. El planeta se destaca al situarse en la zona habitable, es decir, a una distancia que posibilitaría la presencia de agua líquida en la superficie.

Esta condición convierte a TRAPPIST-1 e en un objetivo prioritario en la exploración de la habitabilidad planetaria y la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

Los investigadores emplearon el espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec), instalado en el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, para obtener los datos que sustentan el estudio.

Este instrumento permitió observar el sistema durante el tránsito de TRAPPIST-1 e, momento en el que el planeta atraviesa frente a su estrella desde la perspectiva de la Tierra.

Las observaciones hechas con NIRSpec resultaron determinantes en la identificación de señales que podrían indicar la existencia de una atmósfera en el exoplaneta, explicó Environmental News Network.

El sistema TRAPPIST-1, por sus características específicas, sigue poniendo a prueba los modelos existentes y amplía el alcance de la investigación astronómica, señaló Lewis. Además, su estudio inspira el desarrollo de nuevas hipótesis sobre la formación de atmósferas y la capacidad de los planetas pequeños para retener agua líquida bajo distintas condiciones.

Con el avance de instrumentos como el James Webb, la exploración de planetas distantes se convierte en una fuente inagotable de conocimiento y nuevas posibilidades para la astrobiología y nuestra comprensión del universo.

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