5 de septiembre de 2025
Imputaron a la pareja que tenía el cuadro robado por los nazis: quedaron en libertad, pero con restricciones de la Justicia

Patricia Kadgien y su esposo, Juan Carlos Cortegoso, fueron acusados de encubrimiento agravado. La pintura ya está en manos de la fiscalía
Acerca de si Kadgien tenía el cuadro en su poder por haberlo heredado de su padre, Adler dijo que por el momento “entienden que sí”. “Los sitios oficiales de Países Bajos, de la Agencia Cultural, que depende del Ministerio de Educación y Cultura de Países Bajos, tienen una línea de tiempo y sitúan el propietario original hasta julio de 1940. Después en esa línea del tiempo, ellos ya tienen en la página indicado como que estaba en propiedad de Frederik Kadgien”.
En la tarde del miércoles, el fiscal Adler dio otra conferencia de prensa donde expuso la obra recuperada y destacó el trabajo del “Poder Judicial de la Nación y del Ministerio Público Fiscal”. También ponderó “la comprensión por parte del abogado Murias que, en horas del mediodía”, llevó la obra a la fiscalía.
Estuvieron presentes el perito y profesor de arte, Ariel Bassano, quien trabajó a pedido de la Justicia junto a Machi Fortunato, comentó sobre la pieza: “Está en buen estado de conservación por los años que tiene, ya que es de 1710″.Hay que recordar que la investigación comenzó con el fiscal federal Carlos Martínez, quien había recibido una alerta de Interpol y de la Aduana el 25 de agosto pasado por la mañana. De inmediato, activó un expediente que derivó en un allanamiento en la casa de Kadgien para encontrar la pintura: fue hasta allí la DUOF Mar del Plata de la Policía Federal Argentina. La pintura no estaba. Ahora se sabe que la habían escondido.
El cuadro, que fue descubierto colgado sobre el sofá de la vivienda marplatense, puesta a la venta por la hija de un funcionario alemán, había desaparecido tras ser saqueado en Ámsterdam en 1940.El recorrido del cuadro robado se remonta a la invasión de los Países Bajos por la Alemania nazi en 1940. Según laLost Art Database, la pintura fue saqueada en Ámsterdam en julio de ese año a Jacques Goudstikker, un reconocido comerciante de arte judío neerlandés. Durante su intento de huida en barco, Goudstikker falleció accidentalmente a bordo.
Entre el equipaje de su familia se encontraba un inventario de unas 1.100 obras de arte que poseía en ese momento, entre ellas ocho Rembrandt y dos Vermeer, que fueron vendidas a precios irrisorios al mariscal del Reich Hermann Göring y a otros jerarcas nazis.La pista del cuadro resurgió cuando una de las dos hijas de Kadgien, residente en una localidad costera argentina, puso en venta su casa a través de la inmobiliaria Robles Casas y Campos. En las imágenes del anuncio, la pintura de Ghislandi se exhibía en un lugar destacado del salón.