28 de agosto de 2025
En medio de la crisis política, el primer ministro francés convocó a los partidos a una reunión clave antes de la moción de confianza
El Ejecutivo busca respaldo parlamentario para un programa de ajuste de 44.000 millones de euros, enfrentando tensiones con diversos sectores de la oposición y la incertidumbre sobre la continuidad del gobierno
Bayrou declaró que está dispuesto a dialogar sobre cualquier aspecto de la agenda, salvo en lo referido al “sobreendeudamiento”, tema que considera innegociable dado su impacto sobre la estabilidad financiera de Francia a mediano y largo plazo.
Las reacciones de la oposición no se hicieron esperar tras el anuncio realizado por Bayrou. Europa Press destaca a Marine Le Pen, referente de Agrupación Nacional, quien acusó al primer ministro de “mentir” y negó que su partido hubiera permanecido pasivo durante el verano.
Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, tildó el discurso del jefe de Gobierno de “populista y antipartidista”, acusándolo de confundir cifras y argumentos, y anticipó que el 8 de septiembre podría convertirse en el último día de Bayrou al frente del Ejecutivo.Bayrou afirma que un eventual fracaso en la moción de confianza no implicaría automáticamente la disolución del Parlamento, ni cree que sea imprescindible para sostener la estabilidad política.El Ejecutivo se vio obligado además a aclarar afirmaciones del ministro de Economía, Eric Lombard, quien había sugerido la posibilidad de una intervención del Fondo Monetario Internacional, generando incertidumbre, pero luego lo La convocatoria dirigida por Bayrou a todo el arco político busca evitar el colapso gubernamental y asegurar el respaldo mínimo para aplicar las reformas económicas. Según la prensa francesa, la reunión del lunes representará el último esfuerzo serio por alcanzar consensos antes de la votación clave, o al menos por reducir las consecuencias de un eventual rechazo en la Asamblea Nacional.
A medida que se acerca la cita del 8 de septiembre, la atención se centra en la capacidad de Bayrou para sumar apoyos contrarreloj. El primer ministro mantiene su llamado a la responsabilidad de los diputados y su disposición al diálogo sobre todos los temas, salvo el sobreendeudamiento, el único aspecto que considera innegociable.