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6 de marzo de 2025

Advierten sobre la falta de seguridad en laboratorios de China que investigan virus peligrosos con capacidad pandémica

Dos epidemiólogos estadounidenses alertan sobre los experimentos realizados con el patógeno HKU5-CoV-2, similar al que generó la pandemia de COVID. En una columna en The New York Times, advierten que deben realizarse en centros con la máxima certificación internacional

>“En cualquier parte del mundo, el trabajo con virus que tienen el potencial de convertirse en amenazas para la salud pública debería restringirse a las instalaciones y a los científicos comprometidos con el más alto nivel de seguridad”, advirtieron los científicos W. Ian Lipkin y Ralph Baric en un artículo de opinión publicado esta semana en The New York Times.

Los investigadores mostraron su preocupación tras la identificación de un nuevo coronavirus en murciélagos, denominadoSegún el Mediante pruebas de laboratorio, los investigadores chinos confirmaron que el virus puede infectar células humanas utilizando el receptor ACE2, el mismo mecanismo que emplea el SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19. La viróloga Shi Zhengli, líder del equipo de investigación, señaló que aún no hay evidencia de transmisión entre humanos, aunque subrayó la necesidad de monitorear el virus de cerca para evaluar su potencial riesgo.

“Nos preocupa que algunos científicos estén experimentando con virus de maneras que podrían ponernos a todos en peligro”, advierten Lipkin y Baric.

Su inquietud se centra en los protocolos de seguridad utilizados en los laboratorios que estudian patógenos con potencial pandémico, especialmente después de que el HKU5-CoV-2 fuera analizado en condiciones que consideran inadecuadas.

El debate sobre la seguridad en la investigación de virus altamente infecciosos no es nuevo. A lo largo de los años, científicos y gobiernos han discutido cómo regular este tipo de estudios sin frenar el avance científico. Sin embargo, los expertos en epidemiología señalan que el problema se agrava cuando diferentes países aplican normas de bioseguridad dispares, lo que permite que experimentos de alto riesgo se realicen en condiciones menos estrictas.

“Después de establecer que el virus probablemente puede infectar células humanas, los investigadores realizaron experimentos con el virus completamente infeccioso. No llevaron a cabo estos experimentos en un laboratorio BSL-3 o BSL-4, sino en un laboratorio descrito como BSL-2 plus, una designación que no está estandarizada ni reconocida formalmente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y que creemos que es insuficiente para trabajar con virus respiratorios potencialmente peligrosos”, cuestionaron los especialistas estadounidenses.

Lipkin y Baric subrayaron que, aunque el estudio se ajustó a las normativas nacionales chinas, esto no significa que las precauciones fueran suficientes. “Este trabajo aparentemente fue aprobado por el comité de bioseguridad institucional local y se adhirió a las normas nacionales de bioseguridad, pero no es suficiente para trabajar con un nuevo virus que podría presentar riesgos significativos para las personas en todo el mundo”, afirman en su columna.

La bioseguridad en los laboratorios varía según el tipo de agente infeccioso que se estudia. Los expertos estadounidenses describieron los cuatro niveles de bioseguridad existentes, desde BSL-1, que se usa para microorganismos sin riesgo para los humanos, hasta BSL-4, reservado para los patógenos más peligrosos. Según Lipkin y Baric, el problema con el estudio del HKU5-CoV-2 no fue la investigación en sí, sino el nivel de seguridad con el que se llevó a cabo.

Sin embargo, los experimentos con el HKU5-CoV-2 no se realizaron en ninguna de estas instalaciones, sino en un laboratorio descrito como “BSL-2 plus”. Esta designación no está reconocida oficialmente por organismos internacionales como los CDC y, según los expertos, es insuficiente para trabajar con virus respiratorios potencialmente peligrosos.

El papel de la OMS y la comunidad científica

El debate sobre la seguridad en la investigación con virus peligrosos no es solo una cuestión de protocolos dentro de los laboratorios, sino un problema global que requiere regulaciones claras y estrictas. Lipkin y Baric señalan que, aunque Estados Unidos ha debatido durante años cómo abordar estos estudios, la falta de un marco internacional uniforme sigue siendo un punto crítico.

Dado que la investigación con patógenos de alto riesgo se lleva a cabo en múltiples países, los expertos coinciden en que cualquier esfuerzo regulatorio debe ser internacional. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría desempeñar un papel clave en la estandarización de normativas. “Como principal organismo internacional de salud pública, la OMS debería tomar la iniciativa en aclarar rigurosamente estas normas”, proponen los científicos en su columna.

Más allá de la OMS, otros actores podrían contribuir a reforzar los controles. Lipkin y Baric sugieren que los organismos que financian este tipo de estudios, tanto gubernamentales como privados, deberían exigir pruebas de que los investigadores cumplen con normas de bioseguridad reconocidas internacionalmente. Del mismo modo, las revistas científicas podrían establecer criterios más estrictos antes de publicar estudios que involucren patógenos con potencial pandémico.

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