27 de febrero de 2025
A 30 años del debut de Maradona como DT de Racing: del rapto de furia a un gesto inolvidable

Diego dirigió 11 partidos a la Academia en dupla con Carlos Fren. Su presentación terminó en derrota: 1-0 ante Ferro en Caballito
El fútbol argentino atravesaba un buen momento. River Plate era el campeón vigente. Había ganado invicto el Apertura ‘94 con la conducción de Américo Gallego, quien quedó a cargo del equipo ante la partida de Daniel Passarella a la Selección. El dato sobresaliente de esa campaña fue el regreso de Enzo Francescoli luego de ocho años, con una enorme vigencia, que le permitió ser el goleador del torneo, con 12 tantos en 16 partidos disputados.
Carlos Bianchi llevaba dos años como entrenador de Velez Sarsfield. Y habían sido los más exitosos de su historia: se quedó con un torneo local luego de 25 años y más tarde se dio los más grandes gustos: campeón de la Copa Libertadores ante Sao Paulo (doble campeón defensor) y la Intercontinental frente a un Milan muy poderoso.
El domingo 26 de febrero fue el día del arranque con la primera fecha, a excepción de Banfield y Boca, que disputaron el habitual partido adelantado de los días viernes. Esa jornada inicial trajo dos novedades, que se afincarían por muchos años en el gusto de los futboleros.
La primera fue la aparición de “El Gran DT”, un juego que tuvo enorme cantidad de adeptos desde el arranque. La principal diferencia con las ediciones posteriores fue que no se podían realizar cambios. Había que tener conocimiento, suerte y rogar que ninguno de ellos se lesionara ni tuviese expulsiones con suspensiones prolongadas. Enseguida se detectó que la clave era tener defensores que hicieran goles. Por eso los más elegidos fueron Pedro Barrios (Huracán), Horacio Carbonari (Rosario Central) y Roberto Trotta (Vélez Sarsfield).Por otra parte, fue la primera edición de “El clásico del domingo”. No siempre era un clásico, pero sí el partido más importante, que cerraba la fecha y era emitido en directo para el interior del país por el sistema codificado. En esa ocasión, el elegido fue River Plate - Lanús en el estadio Monumental. Fue un éxito y un suceso, por lo que, a partir del año siguiente, la modalidad se extendió también a la Capital y Gran Buenos Aires.La gran expectativa de esa jornada inicial era el debut oficial de Maradona como DT de Racing, luego de irregulares resultados en los torneos de verano y una convulsionada pretemporada, en la que, en varias ocasiones, Diego no se hizo presente en los entrenamientos. Eso fue generando, como era lógico, un clima de dudas e incertidumbre, con respecto a la conducción de un plantel que, por momentos, parecía a la deriva. Además, no llegó ninguno de los refuerzos pedidos por el técnico.
El debut era contra Ferro Carril Oeste en Caballito, que no atravesaba un gran momento. Había terminado en el 16° puesto en el reciente torneo Apertura, iniciando una etapa de transición, ya que a mediados del ‘94, se alejó de la dirección técnica Carlos Timoteo Griguol, luego de 13 años y medio, divididos en dos etapas, configurando la primera la más gloriosa en la historia de la institución.
Allí fue la gente de Racing, colmando la popular visitante desde varias horas antes y buena parte de las plateas. Cada comienzo de campeonato significaba renovar la ilusión de ser campeón del torneo local, esa deuda que ya estaba cumpliendo casi 30 años. “Antes del debut -rememora Fleita- estábamos todos muy expectantes, porque era una gran responsabilidad por lo que significaba Diego. La queríamos romper más que nunca, dar lo mejor y dejar todo, por el equipo y por él. Necesitábamos arrancar bien y hacer una gran campaña, porque había mucha ilusión en la gente de Racing. Lamentablemente no fue el mejor comienzo”.El 0-1 fue el resultado final, de aquella nublada tarde en Caballito. El sol casi nunca saldría para el Racing de Maradona – Fren a lo largo de las escasas 11 fechas en que estuvieron al mando del equipo, con un magro balance: dos victorias,seis6 empates y tres derrotas. El cuadro titular del debut fue: Nacho González; Pablo Michelini, Carlos Galván, Gustavo Costas, Carlos Soca; Marcelo Saralegui, Fernando Quiroz, Néstor De Vicente, José Albornoz; Juan Fleita y Claudio López.
Pasados 30 años, Juan Ramón Fleita guarda un gran recuerdo del paso de Maradona como entrenador, que lo resume en una anécdota: “Diego no dejaba de sorprenderte nunca, dentro y fuera de la cancha. Recuerdo que una vez, en la práctica previa a viajar a Rosario para enfrentar a Central, se me hizo un esguince de rodilla y no pude estar. Para mí fue un bajón, porque quería jugar siempre. Esa noche, estaba en mi casa, con hielo en la rodilla y sonó el teléfono. Era Diego, para preguntarme como me sentía y que no me cayese, porque el fútbol es así. Que me quedara tranquilo para reponerme de la mejor manera posible. Me cambió el ánimo en un minuto y, pasados 30 años, lo tengo presente como si fuese hoy”.Independiente no detuvo su buen final del ‘94, ganándole como local a Argentinos Juniors con la claridad que testimonió el 3-0 final. Pese a los éxitos y el muy buen nivel, el ciclo de Miguel Ángel Brindisi concluiría pocos meses más tarde, en medio de polémicas internas. San Lorenzo igualó en su cancha con Gimnasia en un tanto, como anticipo del que sería el gran duelo del Clausura ‘95 por el título, que finalmente se tiñó de azulgrana.
Hablar de Maradona siempre genera algo especial en quienes tuvieron la posibilidad de compartir momentos de su vida con él. En el caso de Juan Fleita, se trató de un reencuentro, con ribetes de emoción: “En lo personal fue una alegría inmensa, por volver a verlo después de tanto tiempo. Cuando yo tenía 10 años lo fui a ver cuando jugaba en Boca y estaba a punto de irse al Barcelona. Apenas lo vi, le repetía ‘Diego no te vayas, porque te voy a extrañar’. Yo lo tenía abrazado de la cintura y él, siempre con tanta buena onda, me respondió: ‘El fútbol es así: un día estás acá y al siguiente por allá’. Igual le repetía que se quedase porque era mi ídolo y quería llegar a ser jugador como él e ingresar a una cancha llena de papelitos. Me miró fijo: ‘Si tanto te gusta jugar, andá y probate en un club, pero no dejes de estudiar. Así, algún día vas a llegar’. Por supuesto que esas palabras me quedaron grabadas de por vida. El mismo día que asumió como técnico de Racing, salimos en micro para Santa Teresita para la pretemporada. Al llegar al hotel, vino, me abrazó y dijo: ‘¿Así que un día, cuando eras pibe, te di un consejo?’, Quedé asombrado: ‘No me digas que recordás eso’. Con una sonrisa me contestó con gran humildad: ‘No me acuerdo, pero lo he leído y me lo han contado. Me alegro de haber servido para algo’. Fue una cosa maravillosa, solo atiné a decirle: ‘Es como que Dios te mandó para que me toques con la varita mágica’”.