25 de noviembre de 2024
Lo que hay que saber de la perimenopausia: un capítulo esencial en la vida de las mujeres
La etapa previa a la menopausia es única para cada mujer, con síntomas variados que exigen información y cuidados personalizados
A pesar de que la perimenopausia puede prolongarse hasta por ocho años y ocasionar síntomas tanto físicos como emocionales, sigue siendo un tema poco comprendido por la sociedad y, sorprendentemente, incluso por el sistema médico.
El caso de Devine subraya una realidad común: las mujeres suelen transitar esta etapa sin saber siquiera que existe, enfrentándose a malestares que, como ella, muchas veces descartan o normalizan. “El desconocimiento perpetúa el silencio y el sufrimiento innecesario”, señala la Dra. Heather Currie, especialista en ginecología y menopausia. Esta falta de información no solo genera incertidumbre, sino que dificulta a las mujeres reconocer su situación y buscar el tratamiento adecuado.Esta transición, que marca el inicio de los cambios hormonales en mujeres a partir de los 40 años o incluso antes, afecta de manera significativa el cuerpo y la mente durante años antes de la menopausia oficial. Sin embargo, un reciente estudio reveló que el 60% de las mujeres mayores de 40 años se sienten “nada informadas” sobre el tema.
“La perimenopausia fue históricamente pasada por alto porque no se percibía como un tema de salud pública importante”, explica la Dra. Samantha Dunham, codirectora del Centro para la Salud de la Mediana Edad y la Menopausia de NYU Langone Health. Como resultado, no solo las mujeres desconocen qué esperar durante este proceso, sino que, en ocasiones, también los médicos carecen de las herramientas para identificarla correctamente.
El impacto de esta falta de conocimiento es profundo. Sin información clara, las mujeres enfrentan síntomas como sofocos, cambios de humor, insomnio o irregularidades menstruales, sin reconocer su causa. Esto no solo retrasa posibles diagnósticos, sino que también perpetúa la idea de que deben sobrellevar estos cambios solas y en silencio.Identificar la perimenopausia puede ser un desafío tanto para las mujeres que la experimentan como para los médicos encargados de diagnosticarla. A diferencia de la menopausia, que se reconoce claramente por la ausencia de menstruación durante un año completo, la perimenopausia es una etapa marcada por fluctuaciones hormonales que desencadenan una amplia variedad de síntomas.Por ejemplo, Kate Little, administradora de redes sociales, empezó a notar los cambios a los 45 años. “Me despertaba empapada en sudor, algo completamente inusual para mí. Además, sentía una rabia inexplicable; odiaba a mi esposo y no entendía por qué”, relata.
A pesar de que las irregularidades en el período pueden ser un indicador clave, incluso estas pueden pasar desapercibidas. Los anticonceptivos pueden enmascarar o imitar los efectos de la perimenopausia.
La Dra. Heather Currie enfatiza que la medición de niveles hormonales tampoco es una solución confiable. “Este es un período de fluctuaciones hormonales significativas. Analizar los niveles en un momento dado no siempre refleja lo que está ocurriendo”, explica en Cosmopolitan.La perimenopausia fue ignorada en la educación médica y cultural, lo que deja a muchas mujeres sin información y sin un diagnóstico adecuado. Todavía hay una falta de conocimiento integral entre los profesionales de la salud de diversas especialidades, lo que dificulta identificar y tratar los síntomas.Según la Dra. Heather Currie, “los síntomas pueden ser de muchos tipos diferentes”, lo que exige una conciencia más amplia en la práctica médica. Esta carencia perpetúa la confusión y el sufrimiento innecesario de las pacientes.Aunque no es una enfermedad, la perimenopausia puede ser tratada para mejorar la calidad de vida. Los tratamientos disponibles incluyen:- Los casos de Kerri Devine y Kate Little ilustran cómo el tratamiento adecuado puede transformar la experiencia. Ambas lograron superar síntomas debilitantes gracias a la atención médica adecuada.
Este avance en la conversación médica y cultural es esencial para garantizar que las mujeres no enfrenten estos cambios vitales en silencio y con desinformación.