23 de julio de 2024
Salud cerebral y ACV: cómo prevenir la patología que afecta a 1 de cada 4 personas en el mundo
En adultos, el accidente cerebrovascular es la segunda causa de muerte y primera de discapacidad a nivel global. Cómo evitar la enfermedad y cuáles son las últimas innovaciones en su tratamiento
En Argentina, según el Ministerio de Salud, alrededor de 120.000 personas sufren un ACV cada año, de las cuales 40.000 fallecen. La enfermedad cerebrovascular es la segunda causa de muerte prematura en el país (4,8% del total en hombres y 6% en mujeres) y también la segunda causa de pérdida de años de vida ajustados por discapacidad, solo superada por la enfermedad coronaria.
El accidente cerebrovascular (ACV) es una urgencia médica comparable a un infarto cardíaco, que se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se bloquea o se rompe. Cuando esto ocurre, las primeras cuatro horas y media son cruciales para la atención: cada minuto que pasa desde el inicio del episodio se pierden aproximadamente 2 millones de neuronas, lo que subraya la necesidad de una intervención veloz.“Es necesario reducir el consumo de sal. Si se tiene en cuenta que el sodio eleva la tensión arterial, la reducción de la cantidad diaria es una sencilla forma de prevenir esta enfermedad”, explicó el médico neurólogo, doctor Ignacio Previgliano, exdirector médico del Hospital General de Agudos J. A. Fernández, especialista en Neurología y Terapia Intensiva.
El segundo consejo es incrementar la actividad física. “Diversos estudios demuestran que las personas que caminan 30 minutos al día pueden sufrir un ACV menos grave o incluso evitarlo. Sin duda, el tabaquismo es otro factor a considerar. El consumo de tabaco cuadruplica el riesgo de sufrir un evento cerebrovascular”, explicó el doctor.Cuando los pacientes son ingresados a una terapia luego de sufrir un ACV, hay que mantener un control estricto de sus parámetros vitales y cerebrales.
El doctor Previgliano explicó: “Luego de un ataque cerebrovascular, isquémico o hemorrágico, dependiendo de la magnitud del déficit que se genera el paciente, puede pasar a una habitación común o a una unidad de terapia intensiva, esto dependerá de su gravedad. También existen unidades de ataque cerebral en muchos hospitales y sanatorios, son lugares que han cambiado la historia en el seguimiento de estos ataques”.
Y completó: “Estas unidades se caracterizan por el cuidado y la monitorización de los principales parámetros que se ven alterados en un accidente cerebrovascular. Allí, el paciente tiene controlado su ritmo cardiaco, su presión arterial y su frecuencia respiratoria en forma constante, pero también se le realiza un monitoreo que tiene que ver con cómo se encuentra la situación de su cerebro en los días posteriores al ataque”.Mientras que Previgliano concluyó: “Monitoreo proviene del latín moneo-monere, que significa avisar o advertir. Entonces, estos controles le dan a los médicos datos constantes que son cruciales para poder efectuar el tratamiento o anticiparse a las complicaciones. Es una guía imprescindible que tenemos de tratamiento y procedimientos diagnósticos”.