23 de diciembre de 2025
Ordenaron la captura del turco prófugo por el crimen del joven hallado con una máscara de Spiderman en Cañuelas

Se trata de Tunca Kent, de 32 años y acusado de asesinar a Efe Saravoglu el 27 de octubre pasado. La víctima vivía en Palermo y su cuerpo apareció un mes después en un pastizal de la Ruta 3. Tenía una relación con la pareja del presunto asesino. Creen que podría estar en Brasil o España
Además, el propio círculo de la comunidad turca residente en Buenos Aires aportó datos relevantes sobre el vínculo de ambos y sobre la urgencia con la que Kent vendió el auto que usaba para trabajar el 7 de noviembre, sólo dos días después de prestar declaración como testigo en la causa que entonces se investigaba como averiguación de paradero.
La investigación en ese momento quedó en manos de la fiscal Norma Pippo, quien dispuso la autopsia. Los forenses detectaron en el cuerpo “infiltrados hemáticos en regiones frontales, parietales y temporal izquierda compatibles ‘prima facie’ con traumatismo encéfalo craneal” y además fracturas de costillas y esternón. A pesar del avanzado estado de descomposición, el informe arrojó que la muerte fue violenta.
Los movimientos del sospechoso llamaron la atención: el 5 de noviembre, Kent declaró haber visto a Saravoglu por última vez el 26 de octubre, pero los datos ubicaban a ambos juntos la noche siguiente.
El vehículo, clave en el expediente, fue recuperado por la Policía al ser entregado por su comprador posterior. En la inspección, los peritos hallaron manchas circulares que podrían ser de sangre; las muestras ahora serán analizadas por el personal de la División Laboratorio Químico para determinar si corresponden a la víctima mediante pruebas de ADN. Este resultado podría aportar un elemento concluyente para el proceso.
En el escrito, el fiscal remarcó: “El conflicto preexistente entre la víctima y el imputado, sumado a la circunstancia de que Kent fue la última persona en tener contacto con el damnificado, los viajes inusuales a la zona donde se produjo el hallazgo del cuerpo, la sangre detectada en el vehículo de su propiedad, las falaces aseveraciones vertidas en su testimonio, la rauda venta del automóvil y la posterior fuga del país, componen un sólido cuadro indiciario que habilita el reproche penal”.


