9 de diciembre de 2025
Un estudio revela cómo cambia la actividad cerebral a lo largo del día y da claves para detectar la fatiga

Investigadores de la Universidad de Michigan identificaron qué neuronas y redes cerebrales se activan en diferentes momentos del ciclo diario. El avance permite avanzar hacia métodos más objetivos para evaluar el cansancio y su impacto en tareas de alta responsabilidad
Los métodos desarrollados podrían, en el futuro, servir para garantizar que profesionales con grandes responsabilidades descansen lo suficiente antes de iniciar actividades de alto riesgo, según los autores.
Utilizaron la microscopía de lámina de luz, una técnica de imagen avanzada que genera representaciones tridimensionales de cerebros de ratones. Además, implementaron un método de marcado genético que hacía que las neuronas activas brillaran bajo el microscopio, permitiendo identificar con precisión qué células estaban activas y en qué momento.
El equipo observó que, en los ratones, la actividad cerebral al despertar comienza en las capas internas o subcorticales. A medida que avanza el día —o la noche, dado que los ratones son animales nocturnos—, los focos de actividad se desplazan hacia la corteza cerebral superficial. Kompotis comparó este fenómeno con el funcionamiento de una ciudad: “El cerebro no solo cambia su nivel de actividad a lo largo del día o durante un comportamiento específico. De hecho, reorganiza qué redes o regiones de comunicación están a cargo, de forma similar a como las carreteras de una ciudad sirven a diferentes redes de tráfico en distintos momentos”.
Por su parte, Kompotis ya ha iniciado colaboraciones para aplicar las técnicas experimentales desarrolladas en el estudio al análisis de cómo distintas terapias y fármacos afectan la actividad cerebral.
Sun explicó que “las matemáticas detrás de este problema son en realidad bastante simples”, lo que permitió al equipo combinar los nuevos datos con conjuntos de datos existentes sobre cerebros de ratones. El principal reto fue asegurar que la integración de datos respetara la coherencia biológica y neurológica.
“La forma en que detectamos la actividad cerebral humana es más general que la que observamos en nuestro estudio. Pero el método que presentamos en este artículo puede modificarse para que sea aplicable a esos datos humanos. También podría adaptarse a otros modelos animales, por ejemplo, los que se utilizan para estudiar el Alzheimer y el Parkinson. Diría que es bastante transferible”, afirmó Sun.


