Miércoles 3 de Diciembre de 2025

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3 de diciembre de 2025

El fotógrafo Víctor Bugge fue nombrado Personalidad Destacada de la Cultura: “Me emociona, algo hice bien”

En una emotiva ceremonia realizada en la Legislatura porteña, el histórico reportero gráfico de la Casa Rosada recibió el reconocimiento por su pasión y compromiso. Retirado desde julio, aquí repasa cómo es su nueva vida y revela cuál fue la foto que le cambió la mirada sobre su profesión

>El histórico reportero gráfico Víctor Bugge fue declarado Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la Cultura, en una ceremonia realizada este martes 2 de diciembre por la tarde en el Salón Dorado de la Legislatura porteña. El homenajeado asistió en compañía de sus hijos, nietos y colegas de toda la vida. “Estoy muy emocionado”, le dijo a Infobae minutos antes. “Yo me retiré hace poco y que aparezca un reconocimiento de esta magnitud me dice que algo hice bien”, agregó.

Tras una breve y cálida bienvenida, se proyectó un video de casi cuatro minutos que el propio Bugge armó: Al finalizar la proyección, Bugge subió al escenario y mantuvo un intercambio con la legisladora María Inés Parry, impulsora del reconocimiento. En la charla, la funcionaria explicó que la motivación para reconocer al fotógrafo surgió, entre otras cosas, de una razón personal: “Soy del radicalismo y las fotos más icónicas de Raúl son de Víctor. Él logró inmortalizarlo”, sostuvo. Mientras conversaban, en la pantalla detrás de ellos se proyectaba una imagen de Bugge —joven— junto al Papa Francisco.

Luego, el fotógrafo recordó su vínculo con los presidentes: “No quiero destacar a nadie, pero aprovechando que está su hija acá, un recuerdo afectuoso para Menem, que durante diez años me soportó”, dijo, entre risas. Después recibió el diploma, que eligió entregar a sus nietos. Minutos más tarde, Juan Carlos Pallarols se levantó para hacerle un obsequio personal. “Este es el bastón que hice para Perón en 1973. Cuando Isabelita se fue a España, se lo compré y me lo quedé. Ahora es tiempo de que lo cuide él. Gran amigo, gran amigo de la historia y gran peronista”, sostuvo.

El acto cerró con una escena simbólica: Bugge posó con todos los presentes para hacer “la foto del fotógrafo”. Pero antes de bajar del escenario pidió la palabra. “Voy a retomar una frase de El Eternauta: Bugge dio sus primeros pasos en editorial Atlántida y, en 1978, entró a trabajar en la Casa de Gobierno. Tenía 22 años. Su padre, Miguel Bugge, también reportero gráfico y fotoperiodista del diario La Nación, fue de quien heredó su pasión por la fotografía. “Cuando le dije que quería ser reportero gráfico, me colgó una cámara al cuello y me dio una sola instrucción: ‘Sacá’. Él es el responsable de que haya llegado hasta acá”, sostiene.

En julio pasado, tras casi cinco décadas de trabajo, Bugge decidió retirarse. Mientras revisa sus imágenes, dice, siente algo parecido a la incredulidad. “El otro día estaba mirando algo y pensé: ‘Fua…’. No solo pasó mucho tiempo, sino que todo pasó en un mismo lugar. Eso es lo raro”, reflexiona acerca de sus Si mira hacia atrás, Bugge es capaz de reconocer el momento exacto en el que entendió que su oficio iba más allá de lo técnico. “Fue una foto que le saqué a Videla en la soledad del despacho presidencial, de espaldas, mirando por la ventana hacia Paseo Colón. Cuando la revelé, porque en esa época se revelaba, me pegó fuerte. Dije: ‘Bueno, encaro’. Y llegué hasta acá”.

Con el paso del tiempo, Bugge moldeó una mirada y construyó su estilo. Su búsqueda no era la pose, sino lo más cercano a lo real: “Yo le busqué una vuelta. Traté de meterme dentro de los personajes y de mostrarle a la gente lo que yo estaba viendo —que nunca fue la realidad, porque la realidad no podés mostrarla— pero que se parezca, por lo menos, a la realidad. El famoso momento preciso”.

Entre las escenas que lo marcaron hay varias imposibles de olvidar: las dos semanas en el Vaticano, fotografiando al Papa Francisco; la imagen que terminó reproducida en piedra, a 70 metros de altura, en la Basílica de San Pablo; el momento con Diego Maradona en el balcón de la rosada; y el viaje a Malvinas con los familiares, treinta años después de haber salido al balcón con Galtieri. “Eso no te pasa todos los días. Son círculos que yo cerré”, dice.

—¿Cómo te gustaría que recuerden tu trabajo?

—Es muy difícil que responda eso, pero que queden las fotos para ver lo que nos pasó. A veces pasa que querés recurrir a los archivos y cuesta encontrar material. Bueno, esperemos que esto pueda servir para que cuando pasen los años y los chicos o las nuevas generaciones quieran interpretar una etapa de la Argentina, mis fotos sean un aporte. Me parece que eso sería objetivo cumplido.

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