1 de diciembre de 2025
La impactante caravana del Flamengo tras ganar la Libertadores y el insólito blooper resuelto con cinta

Cerca de 500.000 fanáticos se reunieron para celebrar la cuarta conquista del equipo carioca. Hubo incidentes y detenidos
La delegación de Flamengo aterrizó en Río alrededor de las diez de la mañana, y la caravana oficial dio inicio cerca de las trece, con los jugadores animando a la multitud desde el trío elétrico.
A lo largo del trayecto, banderas y mensajes alusivos al Tetra se multiplicaban, y entre los más entusiastas durante el desfile destacaron Pedro, el colombiano Jorge Carrascal, Giorgino, Danilo —autor del gol de la victoria del Fla—, el ecuatoriano Gonzalo Plata, Bruno Henrique y el técnico Filipe Luis.
Uno de los momentos más emotivos lo protagonizó Pedro, quien, a pesar de no haber disputado la final por lesión, fue clave en la campaña del equipo. Fue el primero en dirigirse a los presentes: “Es un honor estar aquí con nuestra hinchada”, expresó conmovido antes de entonar el himno del club, que fue coreado de inmediato por los aficionados. Posteriormente, otros miembros del plantel tomaron el micrófono para animar a los seguidores, entre ellos el uruguayo Giorgian de Arrascaeta, elegido mejor jugador del torneo continental y uno de los más ovacionados durante la jornada. Léo Ortiz lucía una camiseta con la leyenda: “Si tuviese que morir por Flamengo, lo haría dentro de una cancha”.Sin embargo, no todo fue celebración. Durante el evento se registraron incidentes que alteraron el clima festivo. Se produjeron corridas y la policía lanzó gases lacrimógenos, lo que derivó en detenciones y personas heridas. Aunque la prensa local no precisó la cantidad de lesionados, imágenes difundidas por agencias internacionales mostraron a individuos visiblemente afectados, recibiendo asistencia y cubriéndose el rostro con prendas para protegerse de los gases. Los medios locales no detallaron el origen de los disturbios, pero en medio del caos se observó a hinchas que aprovecharon la confusión para sustraer electrodomésticos de un comercio, huyendo con los objetos en las manos.

