Jueves 4 de Diciembre de 2025

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1 de diciembre de 2025

Inversiones 2026: los 5 fundamentos que anticipan un escenario alcista para acciones y bonos argentinos

Tras las últimas elecciones los activos financieros locales revirtieron casi todas las pérdidas que arrastraban desde enero. Cuáles son los indicadores en el foco de los analistas para anticipar los movimientos del mercado

>Los activos financieros vienen de larga data con números positivos. El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires fue el que cosechó mayores beneficios en la comparación global entre 2022 y 2024.

En este escenario, sorprendió el rally alcista que se desató en las ruedas previas a las elecciones de medio término y que se acentuó conocido el resultado que favoreció a los candidatos de La Libertad Avanza.

Superada la euforia inicial, las cotizaciones se estabilizaron en noviembre, marcando un nuevo punto de comparación con vistas al futuro. Con el S&P Merval cerca de 2.000 puntos en dólares (y en récord nominal de 3.000.000 de puntos en pesos), el índice se mantiene “plano” en el año y los bonos soberanos en dólares promedian una mejora de 4% en la comparación interanual.

Los analistas observan cinco fundamentos que pueden abrir la puerta a un nuevo ciclo de ganancias y precios máximos en 2026.

Una economía que crece ofrece un panorama optimista para las acciones y bonos, pues anticipa mejores números en los balances corporativos y recaudación creciente para las arcas públicas.

“La economía logró esquivar la recesión al mostrar una mejora en el tercer trimestre frente al período previo. El Indec revisó al alza siete de los ocho datos anteriores y confirmó un nuevo avance de la actividad en septiembre, desestimando así los pronósticos negativos que manejaba buena parte de las consultoras privadas. El EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) registró un incremento del 0,5% en comparación con agosto. Esta suba permitió que el promedio del tercer trimestre también resultara 0,5% superior al del segundo”, dijo Ignacio Morales, Chief Investments Officer de Wise Capital.

Morales detalló que “las correcciones del Indec modificaron el panorama reciente: donde antes se informaba un menor rebote en agosto y caídas en julio y junio, ahora todas esas cifras fueron ajustadas, ubicando la serie desestacionalizada en su nivel más alto desde junio de 2022. En la comparación interanual, la actividad mostró un crecimiento del 5 por ciento”.

Desde Max Capital describieron: “La economía parece haber dejado atrás el período de estancamiento observado en el primer semestre de 2025, recuperándose a niveles superiores a los de diciembre de 2024, pero el dato no ha sido suficiente para impulsar los precios de los activos”.

2) “Pax cambiaria”. Superado el evento electoral, la cotización del dólar se estabilizó en la zona de $1.500 -cerca del techo de las bandas cambiarias, sin intervención oficial. El Tesoro incluso compró divisas. Además, se proyecta que el proceso de desinflación cobre impulso, buscando que el IPC suavice su tasa anual del 30% y converja, a futuro, con la inflación regional del 5% anual.

Portfolio Personal Inversiones advirtió sobre la debilidad de las reservas en el BCRA y el riesgo de incumplimiento del acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “La probabilidad de requerir un nuevo waiver se incrementa cada vez más. Si bien esto no implica una diferencia insalvable en el corto plazo, sigue poniendo blanco sobre negro la tensión existente entre acumular reservas y que el dólar se mantenga alejado del techo de la banda”.

Max Capital agregó: “Pese al dato favorable y de una secuencia de emisiones de deuda externa, el peso sigue bajo presión, probablemente debido a las compras de fin de año impulsadas por el turismo al exterior y por la dolarización de portafolios por parte de empresas de cara al giro de dividendos 2025, la primera oportunidad en seis años más allá del uso de Bopreal u otros canales alternativos”,

La falta de reservas netas en el Banco Central y el siempre desafiante déficit de la cuenta de servicios pueden mantener la tensión en el frente cambiario, pero los ingreses por de divisas por bienes y la cuenta capital -con amplio flujo de dólares por la colocación de Obligaciones Negociables- pueden también compensarlo.

MegaQM analizó: “Siguen muy activas las emisiones de deuda corporativa. Las tasas de interés que van apareciendo son en la mayoría de los casos muy atractivas, pero claramente se percibe una preferencia de los inversores por las empresas con excelente track record (historial de proyectos) y negocios probados. Al segundo escalón le cuesta un poco más lograr el volumen o acceder a tasas razonables. Es un mercado que debería seguir ganando nombres, volumen y liquidez”.

4) Base política. El resultado de las elecciones legislativas le brindó al Gobierno un respaldo ciudadano que hasta octubre no tenía contraparte con una mayor presencia de legisladores oficialistas en el Congreso. Esta base política le da pie a Un informe de Marcos Cohen Arazi e Imanol Gastiazoro, economistas del Ieral de Fundación Mediterránea, resalta: “La mejora en la competitividad viene siendo muy moderada, manteniendo importantes desbalances de costos en porciones significativas de bienes y servicios que son claves para la producción. Esto resulta más notorio si se tiene en cuenta el importante reajuste en la cotización del dólar en Argentina desde julio, hecho que refuerza la urgencia de avanzar en reformas que permitan reducir de manera significativa los costos de la producción de bienes y servicios en el país”.

5) Expectativas financieras. El comportamiento de los inversores depende en gran medida de las expectativas, y en cuanto a la inserción financiera internacional de Argentina se prevé en el corto plazo la posibilidad del reingreso en el índice MSCI Mercados Emergentes desde la marginal posición de “standalone”. Además, una reducción de 200 puntos básicos en el riesgo país haría sostenible una nueva emisión de bonos soberanos en Wall Street después de ocho años. En ambos casos se trataría de un renovado flujo de dólares por la cuenta capital que beneficiaría al desempeño de los activos argentinos.

“Por el contrario, el déficit de la cuenta corriente se cubre con un superávit de la cuenta financiera impulsado principalmente por la inversión extranjera directa. Los últimos datos disponibles (segundo semestre) indican un saldo de cuenta financiera de USD 2.835 millones, y USD 2.866 millones de inversión extranjera directa”, completó el reporte de IEB.

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