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26 de noviembre de 2025

Se inyectó vaselina en los bíceps para hacerlos más grandes y ahora podría perder ambos brazos debido a una infección

Kirill Tereshin, apodado el “Popeye ruso”, famoso por sus bíceps gigantes tras inyectarse vaselina y synthol, sufre una infección severa que avanza rápidamente y pone en riesgo su vida

>Kirill Tereshin, conocido internacionalmente como el “La notoriedad de Tereshin se disparó en 2017, año en el que comenzó a aumentar el tamaño de sus brazos a través de la inyección de synthol, una mezcla aceite, analgésicos y alcohol utilizada por algunos culturistas para modificar la apariencia muscular de forma inmediata. A diferencia de la hipertrofia muscular tradicional lograda mediante el entrenamiento, el synthol solo aporta un efecto visual, distorsionando el contorno corporal y el funcionamiento normal de los músculos.

De acuerdo con los informes en Rusia, Tereshin no solo utilizó synthol, sino también vaselina, otra sustancia que en ningún caso es apta para el uso subcutáneo y mucho menos para fines estéticos.

Según información de The New York Post, a pesar de la fama, lo que siguió para Tereshin resultó sumamente preocupante. Los efectos de las inyecciones no se limitaron al cambio estético: el organismo de Tereshin comenzó a rechazar las sustancias sintéticas, provocando severos daños internos. Entre las primeras afecciones surgió una reacción de fibrosis tisular, consistente en el endurecimiento patológico del músculo inyectado por la acumulación de material ajeno. Posteriormente, el avance de la necrosis —muerte del tejido corporal— agravó la situación, pues no solo implicaba la descomposición interna de los bíceps sino también el desarrollo de infecciones recurrentes.

La condición física de Tereshin empeoró en los últimos meses, hasta el punto de que compartió imágenes impactantes en las que sus bíceps “reventaron”, mostrando grandes cavidades expuestas y tejido putrefacto, un signo inequívoco de que el proceso infeccioso superó la capacidad de recuperación del cuerpo. Médicos consultados advirtieron que el tiempo para revertir o estabilizar el daño se estaba agotando velozmente, incrementando el riesgo de que la infección se extendiera al resto del organismo y comprometiera su vida.

En la actualidad, el diagnóstico para Tereshin es alarmante. Se enfrenta a una posible amputación doble de brazos si la infección no puede controlarse a tiempo. De acuerdo con la información recolectada en los medios rusos, los especialistas han determinado que para poder intentar salvar los miembros superiores se requerirán varias cirugías complejas, incluyendo injertos de piel. Para estos procedimientos, se hace necesaria la participación de un equipo multidisciplinario compuesto por cirujanos vasculares, plásticos y reconstructivos.

El peligroso camino de Tereshin no comenzó recientemente. Ya en 2019, tras dos años de inyecciones continuas, tuvo que someterse a una primera cirugía para retirar parte del tejido dañado. En aquel entonces, los médicos y especialistas le advirtieron de los riesgos inminentes para su salud y le recalcaron que la presencia de synthol y vaselina en su organismo podría resultarle mortal si las zonas afectadas no eran completamente tratadas.

Las experiencias recientes han llevado a Tereshin a expresar públicamente su arrepentimiento. El propio culturista ha calificado su decisión de inyectarse como una “estupidez”, lamentando las repercusiones físicas y reconociendo las señales de alarma que había ignorado. Sus declaraciones actuales advierten sobre el peligro de manipular el cuerpo con sustancias ilegítimas y desconocidas, evidenciando las devastadoras consecuencias que pueden acarrear los excesos impulsados por la búsqueda de reconocimiento en redes sociales.

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