25 de noviembre de 2025
Bolivia prepara el retorno de la DEA tras 17 años y abre una nueva fase en su relación con Estados Unidos

El Gobierno de Rodrigo Paz prevé anunciar en los próximos días el regreso de la agencia antidrogas estadounidense
El restablecimiento de la relación avanzó también en el plano diplomático. Christopher Landau, subsecretario de Estado estadounidense, asistió a la investidura de Paz y anunció junto al mandatario la hoja de ruta para normalizar las relaciones bilaterales, incluida la eventual restitución de embajadores. Ambos países mantienen sus representaciones a nivel de encargados de negocios desde 2008.
La eventual vuelta de la DEA reabre un debate interno que atraviesa al país desde hace décadas. La Constitución boliviana prohíbe la presencia de fuerzas extranjeras armadas en su territorio, una disposición señalada por Morales en octubre cuando advirtió que la agencia estadounidense no podría operar bajo el marco constitucional vigente.
La hoja de coca tiene un valor cultural e histórico en Bolivia. Su consumo está arraigado en comunidades andinas y su cultivo es legal en determinadas zonas. Las autoridades bolivianas han defendido en foros internacionales la exclusión de la planta de la lista de estupefacientes para avanzar en su industrialización y en el reconocimiento de sus usos tradicionales.
La política del país distingue entre la hoja en estado natural y el narcotráfico, aunque enfrenta presiones internas y externas para controlar las plantaciones excedentarias.En paralelo al debate sobre la DEA, el Gobierno de Paz ha introducido otras medidas orientadas a flexibilizar el vínculo bilateral. Una de ellas es la eliminación del requisito de visa para ciudadanos estadounidenses que deseen viajar a Bolivia. Además, se anunció una política de “cielos abiertos” para fomentar la conexión aérea entre ambos países, así como acuerdos de financiación al desarrollo y la autorización de operaciones para el servicio de internet satelital Starlink.El anuncio formal del presidente Paz definirá los parámetros y el alcance de la colaboración, pero también pondrá a prueba el equilibrio entre las demandas de seguridad, las sensibilidades políticas internas y el marco constitucional. Su contenido marcará el tono de una etapa en la que Bolivia busca recomponer alianzas sin renunciar a los elementos centrales de su identidad política y social.

