6 de noviembre de 2025
15 reglas esenciales que todo visitante debe conocer antes de viajar a Japón

Descubrir costumbres poco conocidas puede marcar la diferencia en la experiencia de quienes exploran el archipiélago nipón por turismo o negocios
A diferencia de otras culturas, dejar propina no es habitual en Japón. Los restaurantes suelen incluir el servicio en la cuenta, y la mejor forma de mostrar agradecimiento es a través de la actitud y el respeto hacia el personal y los comensales. Pedir una bebida adicional puede ser una alternativa para expresar aprecio, según recomienda Condé Nast Traveler.
El transporte público exige un comportamiento especialmente considerado. Se espera que los dispositivos móviles permanezcan en modo silencioso y que las conversaciones sean discretas. Comer está permitido únicamente en los trenes bala shinkansen, donde los pasajeros suelen disfrutar de los tradicionales ekiben.El orden al abordar y descender, así como el respeto por las filas, son normas inquebrantables. Incluso la posición en las escaleras mecánicas varía según la región: en Tokio se permanece a la izquierda, mientras que en Osaka se prefiere la derecha, por lo que conviene observar y seguir el ejemplo local.La limpieza de las calles japonesas es notoria, pese a la escasez de papeleras públicas. La costumbre es llevar los residuos consigo en una bolsa hasta encontrar un contenedor adecuado, donde se debe separar la basura según el tipo de material. Esta práctica colectiva refuerza el compromiso social con el orden y la sostenibilidad.El acceso a los baños termales onsen implica seguir reglas estrictas de higiene y respeto. Antes de sumergirse, es obligatorio ducharse a fondo en las estaciones designadas. El uso de traje de baño o toalla dentro del agua está prohibido, y el silencio contribuye a mantener el ambiente relajante. Las personas con tatuajes pueden encontrar restricciones, ya que estos se asocian tradicionalmente con la yakuza, aunque las políticas varían según el establecimiento.Al ingresar a viviendas y ciertos locales, es imprescindible quitarse los zapatos para preservar la limpieza interior. Los visitantes suelen encontrar un genkan donde dejar el calzado y, en caso de usar sandalias, se recomienda llevar calcetines limpios de repuesto. Colocar bolsos sobre las mesas se considera poco higiénico; por ello, muchos lugares ofrecen soportes específicos para estos objetos.El respeto por el espacio personal es otra característica distintiva. Los abrazos y apretones de manos no forman parte de las costumbres habituales, salvo entre personas con mucha confianza. El saludo tradicional es una reverencia, y las muestras públicas de afecto resultan poco frecuentes y pueden incomodar a los locales.El cumplimiento de las normas de tránsito refleja el apego al orden. Cruzar la calle fuera de los pasos peatonales o con el semáforo en rojo es inusual, incluso si no hay vehículos a la vista. Los japoneses esperan pacientemente la luz verde, y se espera que los visitantes hagan lo mismo.Los templos y santuarios requieren una actitud especialmente respetuosa. Estos espacios sagrados, tanto budistas como sintoístas, cuentan con rituales propios, como la purificación de manos y las reverencias. Es fundamental atender a las indicaciones sobre fotografía y evitar cualquier conducta que altere la serenidad del lugar.La vestimenta adecuada responde al principio de TPO (Time, Place, Occasion), que enfatiza la importancia de elegir ropa y comportamiento según el contexto. En situaciones formales o profesionales, se espera sobriedad y recato; prendas demasiado reveladoras son poco comunes fuera de los distritos de moda y pueden llamar la atención.El intercambio de tarjetas de presentación es un acto cargado de simbolismo. Se deben recibir con ambas manos y dedicar unos segundos a observarlas, como muestra de aprecio.Finalmente, la comunicación en Japón suele adoptar un estilo indirecto, donde las negativas se expresan de forma sutil y se espera que el interlocutor sepa interpretar las señales. Frases como “es difícil” o “quizá en otra ocasión” pueden encerrar un rechazo, y distinguir entre lo que se dice y lo que realmente se piensa resulta esencial para desenvolverse con naturalidad en una sociedad que prioriza la armonía sobre la confrontación, como destaca Condé Nast Traveler en su análisis de la cultura japonesa.

