22 de octubre de 2025
Por qué el declive de un abejorro revela riesgos ocultos para las especies nativas

Científicos de universidades de los Estados Unidos analizaron ejemplares del abejorro de Franklin que estaban almacenados en museos. Por qué los resultados aportan claves sobre las amenazas que enfrentan los polinizadores menos conocidos
El declive del abejorro de Franklin demuestra que amenazas invisibles pueden afectar a otras especies nativas. Estos riesgos suelen pasar desapercibidos hasta que ya es demasiado tarde.
El abejorro de Franklin es un insecto himenóptero apócrito, miembro de la familia Apidae, nativo del oeste de Estados Unidos y con un rango muy restringido de aproximadamente 34.437 kilómetros cuadrados.Entre 1998 y 2005, las observaciones pasaron de 94 ejemplares a solo uno antes de desaparecer de los registros en 2006, cuando un ejemplar fue avistado por última vez en el monte Ashland, Oregón.
La disminución de la población del abejorro de Franklin fue abrupta y generó preguntas sobre si esta extinción avanzada se debía a un agente infeccioso, una presión ambiental reciente o un proceso acumulado a lo largo de miles de años. El equipo de investigadores intentaron reconstruir la historia genética y demográfica del abejorro de Franklin, al usar ADN extraído de ejemplares conservados en museos.El equipo identificó patrones de homocigosidad muy extensos. Esto probó repetidos casos de endogamia que limitaron las opciones de supervivencia.
La reconstrucción demográfica permitió conocer que el declive poblacional de Bombus franklini empezó hace más de 11.000 años, en el Pleistoceno tardío.El análisis descartó las infecciones como causa principal. “No hallamos pruebas de que los patógenos hayan impulsado los descensos iniciales, al revés de lo que se creía”, destacaron los investigadores.
Henry J. Franklin había descripto a la especie en 1912 y documentó sus hábitos de polinización, que incluyen plantas como amapolas de California, lupinos, tréboles, rosas silvestres, menta y guisantes, entre otras.Al entender las causas de su declive, se puede contar con herramientas para prevenir extinciones similares en otras especies que cumplen funciones esenciales en la reproducción de plantas y cultivos.
Los científicos sugieren acompañar los estudios genéticos con monitoreos de campo que permitan conocer la salud de los polinizadores actuales.“Concluimos que una combinación de tamaño poblacional históricamente bajo y diversidad genética limitada junto con la aleatoriedad ambiental aumentó la vulnerabilidad a la extinción antes de los efectos antropogénicos recientes”, afirmaron los investigadores.