21 de octubre de 2025
El hallazgo de un mineral misterioso en la superficie de Marte da nuevas pistas sobre su pasado geológico

Mediante el uso de espectroscopia avanzada, un grupo de científicos identificó una señal espectral única. Cuáles son los tres factores que moldearon la historia marciana y por qué aseguran que sirven como termómetro natural de la actividad geotérmica y volcánica del planeta rojo
En Aram Chaos, esas bandas resultaban más nítidas y se encontraban junto a sulfatos monohidratados como la kieserita (MgSO₄·H₂O) y la szomolnokita (FeSO₄·H₂O), mientras que en Juventae el rastro se diluía entre sulfatos polihidratados. Esa diferencia de pureza revelaba historias térmicas distintas para cada afloramiento, lo que permitió reconstruir las condiciones bajo las cuales se formaron los minerales.
Para comprobar la hipótesis de que la señal provenía de un hidroxosulfato férrico, los investigadores replicaron en laboratorio condiciones plausibles del Marte primitivo. Calentaron sulfatos ferrosos hidratados, como la rozenita (FeSO₄·4H₂O) y la szomolnokita, entre 100 y 300 °C, bajo la presencia de oxígeno. El resultado fue contundente: apareció un sólido anaranjado, el hidroxosulfato férrico, con exactamente la misma colección de bandas espectrales, incluyendo el icónico pico de 2,236 micras que había sido detectado por CRISM.La estabilidad del Fe³⁺SO₄OH bajo condiciones cercanas a las marcianas —bajas temperaturas y presión reducida— también se comprobó. Solo se detectaron pequeños desplazamientos de bandas, pero la identidad espectral permaneció reconocible.
La posición del hidroxosulfato férrico dentro de la estratigrafía fue esencial para descifrar el origen de los episodios térmicos. En Aram Chaos, el mineral se encuentra por debajo de los sulfatos monohidratados, cerca del lecho rocoso.
Esto sugiere que la fuente de calor provino desde abajo, asociada a actividad geotérmica, en pleno terreno caótico modelado por catástrofes de agua líquida y sedimentos depositados hace aproximadamente 3.000 millones de años.“En Aram, la pureza espectral sigue a la pureza geológica”, comentó el equipo de Nature Communications. El contexto geológico determina la nitidez de la señal: allí donde el calor fue más directo y las condiciones más estables, el hidroxosulfato aparece aislado y bien definido.
El análisis revela que la presencia de Fe³⁺SO₄OH señala episodios en los que coincidieron agua salina, calor y oxígeno: condiciones clave para procesos geoquímicos sofisticados.Algunos detalles técnicos merecen mención. La resolución limitada del espectrómetro CRISM implica que parte de las señales pueden representar mezclas finas, ya que la presencia de magnesio desplaza levemente las bandas y complica la identificación química exacta.
Aun así, la coincidencia entre los resultados obtenidos en órbita y los recreados en laboratorio, junto con la correspondencia morfológica y estratigráfica, consolidan la interpretación.