8 de octubre de 2025
El otro desafío clave de Schiaretti: que el PJ cordobés vuelva a ganar las elecciones de medio término

El ex gobernador fue el último candidato del peronismo de Córdoba que ganó una elección legislativa. Ocurrió en el 2013, cuando venció Oscar Aguad. La necesidad de potenciar a Provincias Unidas
En el 2021 Alejandra Vigo y Natalia de la Sota perdieron contra Luis Juez y Rodrigo De Loredo. En el 2017 Martín Llaryora fue derrotado por más de 20 puntos ante Héctor Baldassi, representante de Cambiemos en esos comicios. En el 2009 Eduardo Mondino perdió ante Luis Juez, que se quedó con el primer lugar, y Ramón Mestre, que obtuvo el segundo puesto.
A partir del 2009, y siempre con candidatos propios en paralelo al peronismo nacional, encabezado por los Kirchner, los cordobeses se acostumbraron a perder elecciones de medio término y ganar elecciones ejecutivas. En forma sistemática el electorado se expresó en forma distinta según las características de los comicios. Por eso los gobiernos peronistas desdoblan la elección provincial de la nacional. Porque enfocan la disputa en el territorio local.
Schiaretti tiene el enorme desafío de quebrar esa barrera negativa que limitó el avance del peronismo cordobés por fuera de las fronteras provinciales. Y lo tiene que hacer en un contexto muy difícil, porque hay tres expresiones peronistas sobre el tablero electoral y porque La Libertad Avanza (LLA) pisa fuerte en la provincia desde su desembarco masivo en el 2023. Una de las claves está en que el peronismo cordobés y los libertarios comparten electorado. A los primeros los apoyaron para la elección ejecutiva provincial. A los segundos para la elección ejecutiva nacional. En los próximos comicios la gente tendrá que elegir entre las dos opciones, en el medio de una discusión pública que se va polarizando cada vez más. “Para frenar y castigar a Milei por su gestión, la única opción válida somos nosotros. Que somos los que le podemos ganar”, aseguró a Infobae un importante funcionario del gobierno que conduce Martín Llaryora. En esa línea van a trabajar en los días que vienen y, sobre todo, en la última semana de campaña, el momento clave en el que la gente decide su voto. Pondrán en funcionamiento toda la maquinaria electoral y apostarán al voto útil.Según revelan en el Panal, como se conoce a la casa de gobierno de Córdoba, durante las negociaciones pre electorales existió la posibilidad de que De la Sota forme parte del esquema oficial. Estuvo en contacto con dos de los funcionarios más importantes del gobierno cordobés. Cuando Schiaretti se decidió a competir, Llaryora le hizo saber a la diputada que quería que ella ocupara el segundo lugar de la lista. De la Sota no aceptó y se abrió.
La actual legisladora desmiente esa convocatoria y esa versión. Asegura que Schiaretti hizo un acuerdo con Milei en el comienzo del gobierno, motivo por el cual ella decidió distanciarse del esquema principal del peronismo provincial. “Nunca la llamaron. Schiaretti miente o le están mintiendo. Si la hubieran llamado ahora, también hubiera dicho que no. Porque están en posiciones políticas bien distintas desde hace dos años”, expresaron en el entorno de la dirigente cordobesa.“Arrancamos el año condenados a la derrota. Pero cambió el contexto y hoy estamos competitivos. Si ganamos es un batacazo. Pero la elección es muy difícil. Los libertarios están fuertes en Córdoba”, sostuvo un dirigente importante del PJ cordobés, inmiscuido en los detalles de la campaña electoral. La duda sobre la capacidad de competir siempre estuvo atada al rol de Schiaretti en la elección. Si no jugaba, la derrota era asegurada. Pero decidió competir y el escenario se modificó.
Un eventual triunfo en Córdoba le daría un impulso muy importante al proyecto nacional de Provincias Unidas. Porque, de las seis provincias que conforman el espacio, es la que mayor caudal electoral tiene. En términos nacionales es la segunda más poblada, después de Buenos Aires. Una derrota, en cambio, podría desinflar la iniciativa federal que se creó en agosto de este año.Schiaretti tiene una disputa difícil por delante. El proyecto federal aspira a sacar dos dígitos a nivel nacional, cerca de 10 puntos, y para eso la elección cordobesa es fundamental. Por eso el rol del ex gobernador tiene importancia en el contexto electoral actual. Una victoria puede ser una base sólida para un proyecto nacional con aspiraciones de llegar a la Casa Rosada.