7 de octubre de 2025
Tensión en Madagascar: el presidente designó a un militar como primer ministro para intentar contener las protestas
La designación de Ruphin Fortunat Zafisambo busca frenar las manifestaciones contra Andry Rajoelina, desatadas por los persistentes cortes de agua y electricidad en la isla
“Con sabiduría, he decidido nombrar a Ruphin Fortunat Dimbisoa Zafisambo, general de división, como primer ministro del gobierno”, declaró Rajoelina en el palacio presidencial, Añadió que el nuevo jefe de gobierno deberá “servir al pueblo” y ser “alguien limpio, íntegro y que trabaje con rapidez”, prometiendo además que estaba “listo para salvar a Madagascar”.
El movimiento Generación Z, impulsor de las marchas a través de redes sociales, rechazó el nombramiento y reiteró su demanda principal: la dimisión de Rajoelina. El colectivo lanzó un “ultimátum” de 48 horas para que el mandatario responda “favorablemente” a sus exigencias y advirtió: “Mientras Andry Rajoelina siga en el poder, continuaremos luchando”.Mientras tanto, el malestar social se intensifica. La destitución del gabinete completo la semana pasada no logró calmar a los manifestantes. En su día 12, la protesta volvió a reunir a estudiantes y vecinos en las cercanías de la Universidad de Ankatso, donde fueron contenidos por barricadas policiales. Los enfrentamientos se prolongaron durante toda la tarde, con al menos un joven herido que fue evacuado al hospital principal.El distrito de Ankatso, epicentro de las movilizaciones actuales, fue también escenario de la revuelta de 1972 que derrocó al entonces presidente Philibert Tsiranana. Hoy, líderes juveniles llaman a sostener la lucha: “El futuro de este país depende de mí, de ti, de todos nosotros”. Otro dirigente denunció que “podemos ver claramente que la democracia en Madagascar no se respeta en absoluto. Hasta la están destruyendo con brutalidad”.
La referencia alude a la advertencia de Naciones Unidas, que señaló que al menos 22 personas han muerto y más de 100 resultaron heridas en las últimas semanas, acusando a las fuerzas de seguridad de reprimir con munición real. Las autoridades rechazaron esa cifra. La violencia quedó reflejada en escenas como la de una mujer embarazada que sufrió convulsiones mientras multitudes, incluidos niños, huían de la policía en las calles de Amparibe.La inconformidad se ha extendido a otras ciudades. En Toliara, al sur del país, medios locales reportaron quemas de neumáticos durante nuevas protestas. Fanomezantsoa, desempleado desde que el supermercado donde trabajaba fue saqueado al inicio de las marchas, aseguró: “Continuaremos hasta obtener resultados”.A pesar de contar con recursos naturales, Madagascar sigue enfrentando una situación crítica: según el Banco Mundial, casi tres cuartas partes de sus 32 millones de habitantes vivían bajo el umbral de la pobreza en 2022. En este contexto, el malestar social y político plantea un desafío de gran magnitud para el presidente Rajoelina y su recién nombrado primer ministro.