1 de octubre de 2025
La apuesta estratégica de Suiza y Noruega por el acuerdo EFTA-Mercosur: “Lo más importante son las inversiones, no solo los aranceles”

Los embajadores de los dos países en Argentina destacaron el potencial del tratado para atraer inversiones y abrir mercados sofisticados. El impulso al estancado pacto con la UE, que podría firmarse en diciembre
A pesar del optimismo, los embajadores reconocieron que el proceso de ratificación parlamentaria enfrentará obstáculos, particularmente en Suiza, donde existe la posibilidad de que se convoque un referéndum.
Bortis no descartó una consulta popular en su país, donde el sector agrario representa menos del 3% del PIB pero cuenta con 40 de los 200 diputados en la Cámara de Representantes actuando como lobbistas. “Hay temas muy importantes para nosotros, relacionados con la sostenibilidad y el sector agrario”, advirtió el diplomático, aludiendo a las diferencias abismales entre la política agrícola argentina —con retenciones e impuestos— y la suiza, “completamente subvencionada” desde la Segunda Guerra Mundial.Los grupos ecologistas y sectores de izquierda suizos, tradicionalmente escépticos ante los tratados de libre comercio, podrían movilizarse contra el acuerdo esgrimiendo argumentos relacionados con la deforestación amazónica y otros temas medioambientales. Sin embargo, el embajador recordó que en los últimos 30 años, Suiza ha votado favorablemente en siete de 12 consultas sobre asociación y cooperación europea, un récord que ningún país miembro de la UE puede igualar.Los diplomáticos sudamericanos presentes en el encuentro coincidieron en destacar el significado geopolítico del acuerdo, que va más allá de las cifras comerciales. El embajador brasileño, Julio Glinternick Bitelli, subrayó el “pragmatismo moderado” con el que los gobiernos del MERCOSUR —de diferentes signos ideológicos— trabajaron “codo con codo” para alcanzar el acuerdo, y su efecto demostración: tras el anuncio, países como Canadá, Japón, Indonesia, Vietnam, El Salvador y República Dominicana han manifestado su interés en negociar con el bloque sudamericano.El embajador uruguayo, Diego Cánepa, fue aún más allá, calificando el tratado como “un cambio de paradigma” para su país y el MERCOSUR en su conjunto. Destacó una innovación crucial: por primera vez en la historia del bloque sudamericano, el acuerdo permite su entrada en vigor bilateral entre un país de cada bloque una vez ratificado, sin necesidad de esperar a que todos los miembros completen el proceso legislativo. “Para Uruguay esto es sumamente importante”, enfatizó el diplomático, cuyo país proyecta convertirse en el primero en ratificar el tratado durante el primer semestre de 2025.
Los representantes de EFTA y MERCOSUR coincidieron en que su acuerdo podría acelerar las negociaciones entre el bloque sudamericano y la Unión Europea, estancadas desde hace años. “Mis amigos de la Unión Europea me dijeron: ‘Es una pena que ustedes fueran más rápidos’”, bromeó Bortis, atribuyendo la celeridad a la menor complejidad de negociar entre cuatro países en lugar de 27.La EFTA, compuesta por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein —países que suman aproximadamente 20 millones de habitantes frente a los 270 millones del MERCOSUR— representa mercados de alto poder adquisitivo y altamente exigentes en innovación, competitividad y tecnología. Según Bortis, esto constituye una ventaja adicional: “Un producto del MERCOSUR que entra en mercados muy exigentes, sofisticados, también abre puertas para mercados mucho más grandes que son los países vecinos, como Alemania, Francia, Italia”.