1 de octubre de 2025
Qué pretende Putin al enviar los drones rusos a Europa: la hipótesis de la OTAN

Las recientes violaciones del espacio aéreo reavivan el debate sobre la seguridad continental. El compromiso de gasto, las diferencias entre países y la presión por una defensa más eficiente marcan la agenda
El embajador reconoció que algunas voces han interpretado las acciones rusas como un signo de “debilidad” de la OTAN, pero aseguró que ocurre todo lo contrario. Respecto a los incidentes recientes, subrayó que Estados Unidos mantiene el compromiso de defender “cada centímetro” del territorio aliado. Puso como ejemplo el ingreso de drones en Polonia, que fueron detectados y derribados por la defensa aérea, lo que, en palabras de Whitaker, demuestra la preparación y estrategia de la Alianza: “Esto muestra una conciencia del dominio y una estrategia de defensa aérea que creo que muestra que la OTAN es seria y está preparada para moverse”.
El representante estadounidense señaló que uno de los retos actuales es mejorar la eficiencia en la respuesta, optimizando los recursos empleados ante amenazas de bajo costo, como los drones Shahed de origen iraní utilizados por Rusia. “No estamos lanzando misiles de dos millones de dólares para derribar drones Shahed de 600 dólares”, afirmó, y detalló que se trabaja para consolidar “una defensa aérea de múltiples capas a todas las altitudes”.Whitaker calificó a Rusia como la “mayor amenaza a la paz en el área transatlántica”. Indicó que para conseguir la paz en Ucrania, es fundamental que los aliados “priven de comida a la maquinaria de guerra rusa y dejen de comprar energía rusa”. Añadió que esto abriría la puerta a nuevas sanciones en coordinación con Europa y Estados Unidos por la invasión de Ucrania, aunque reconoció que existen obstáculos, mencionando a Hungría, Eslovaquia y Turquía como países que mantienen sus importaciones energéticas de Moscú.En relación al compromiso de gasto en defensa pactado en la cumbre de líderes de la OTAN celebrada este año en La Haya, Whitaker recordó que los Estados miembros acordaron destinar el 5 % del PIB a defensa para 2035, con un 3,5 % para gasto militar directo y un 1,5 % en áreas afines. Consideró que este acuerdo supone “un buen inicio”, pero advirtió sobre la falta de dinamismo de algunos aliados: “Desafortunadamente, algunos aliados se están durmiendo en los laureles y necesitan acelerar el ritmo”.El embajador llamó a países como España e Italia, entre otros, a incrementar el ritmo de inversión en defensa. Argumentó que para aumentar el gasto militar en Europa, es crucial estimular el crecimiento económico. Destacó la diferencia con Estados Unidos, donde, según sus palabras, la cultura de innovación y el espíritu emprendedor impulsan el gasto y crecimiento, ejemplificando con la duración de la semana laboral estadounidense, de “al menos” cuarenta horas y, para muchos, superior a cincuenta. Contrapuso este modelo con el belga y concluyó que un mayor esfuerzo económico es necesario para alcanzar los objetivos acordados en materia de seguridad.