18 de septiembre de 2025
La nueva derrota del Gobierno sorprendió por su magnitud y desató más pases de factura internos por mala praxis

El oficialismo esperaba un revés en la votación sobre los vetos al aumento de fondos para la Emergencia Pediátrica y las universidades, pero se esperanzaba con que la diferencia no fuera tan abrumadora. En la Casa Rosada apuntaron por lo bajo contra los Menem. Los aliados del PRO se mostraron muy decepcionados
Además de mirar hacia atrás, en el Gobierno buscaban demostrar que los efectos en la situación económica no desencadenarán una crisis económica grave. Aunque el riesgo país se disparó a 1226 puntos y el dólar llegó a los 1485 pesos, sostenían que la situación está “controlada”. “Ya sabíamos lo que iba a pasar”, dijeron en Balcarce 50.
Para mostrar tranquilidad, en el Gobierno mantenían intacta la actividad proselitista que Milei tenía agendada para mañana. A las 11.30, está confirmado, el Presidente recibirá a los principales candidatos nacionales en la quinta de Olivos. Sí sumaron, una hora antes, una conferencia de prensa del vocero Manuel Adorni, cuyo contenido se mantenía en reserva.De mal en peorLas perspectivas frente a la sesión en Diputados, negativas desde anoche y durante la mañana, empeoraron después del mediodía, cuando la cantidad de diputados que votaron a favor de habilitar el tratamiento de los vetos alcanzó las 173 voluntades en el caso de la Emergencia Pediátrica y 172 en el de Universidades. “Viene complicado”, decían en el oficialismo cerca de las 16, cuando faltaba poco más de una hora para la votación.Después de la reunión de Gabinete vespertina que Milei convocó exactamente a la hora de la votación y del inicio de la marcha, el total de los ministros, secretarios y asesores que participaron salió en silencio y con cara seria. En el Gobierno no informaron qué decisión se había tomado en el cónclave, que duró dos horas. Poco después, el Presidente se dedicaba a retuitear mensajes de alabanza a sus discursos en Paraguay.En X, los libertarios intentaban neutralizar el resultado adverso en Diputados con acusaciones a un puñado de rectores de universidades públicas por el caudal de sus sueldos -el propio ministro de Educación, Luis Caputo, apuntó contra el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, referente radical y uno de los motorizadores de la marcha. Mientras tanto, Yacobitti, como el resto de las autoridades apuntadas, negaban tales señalamientos, y las manifestaciones en la Capital Federal y en las ciudades más importantes del país se multiplicaban de manera masiva. En la Casa Rosada les restaban importancia a esas protestas y las acusaban de golpistas. “Nos quieren romper. No van a poder”, dijo un altísimo funcionario de Milei.