Jueves 11 de Septiembre de 2025

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11 de septiembre de 2025

Presupuesto 2026: el Gobierno planteará otro año de superávit pero los proyectos de la oposición le demandarían más ajuste

El Ministerio de Economía termina de delinear el contenido de la ley de leyes. Las iniciativas aprobadas por el Congreso agregan casi 1% del PBI de gasto anual para 2026

>El Gobierno alista la presentación del Presupuesto 2026 en medio de un conflicto con la oposición y los gobernadores por los fondos públicos y el gasto fiscal de los últimos proyectos aprobados en el Congreso. De por sí, el año próximo sería más exigente que el actual en términos de ajuste y el oficialismo podría afrontar casi un 1% del PBI adicional de erogaciones a lo previsto.

Hace algunos días terminó la instancia de estimación del resultado primario y financiero de cada nivel del sector público, cálculo de límites de endeudamiento y proyección de recaudación para Nación y provincias. Este lunes comenzó el último proceso entre la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía, que tendrá lugar hasta el viernes, de cierre final y elaboración completa del proyecto.

En el Parlamento, esos puentes rotos con el oficialismo dieron paso a la aprobación de una serie de proyectos de ley con un costo fiscal que el Gobierno considera imposible de afrontar y anticipó que los vetará a todos. Incluso, según trascendió, dos de ellos elaborados directamente por los gobernadores como el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) e impuesto a los combustibles.

Si bien el Gobierno aún se guarda los tres números clave del proyecto de presupuesto -dólar, inflación y variación del PBI- algunas pistas ya fue ofreciendo y, según pudo saber Infobae, irá por otro intento de establecer una suerte de “regla fiscal” para blindar el superávit. Es algo que ya había buscado el año pasado.

Aquel presupuesto para este año que no fue debatido en el Parlamento preveía una regla que recortaría distintas partidas en caso de contingencias, lo que dejaba solo a las jubilaciones fuera de la discrecionalidad, que continuarán con una fórmula mensual indexada a la inflación. El Gobierno no tiene margen, en ese gasto, para aplicar variaciones a voluntad.

Para el caso del Presupuesto 2025, el Gobierno partió de una estimación inicial de los intereses de deuda a pagar este año, y desde ese punto el equipo económico definió qué partidas tendrán actualización automática —las jubilaciones— y cuáles quedarán sujetas a discreción. En ese marco, el equipo económico fijó “techos” de gasto como porcentaje del PBI, “en función de las prioridades de políticas públicas establecidas”, según se detalló en un documento oficial.

La particularidad del contexto es que el Gobierno podría necesitar, de base, un ajuste fiscal más alto de lo esperado en sus proyecciones por los proyectos de ley aprobados por el Congreso. Según la consultora Macroview, se trata de 0,85% del PBI de gasto adicional entre la ley de financiamiento universitario, impuestos a los combustibles, reparto de ATN y de impuesto a los combustibles y emergencia sanitaria por el hospital Garrahan.

De esa forma, el sendero fiscal del Gobierno comenzaría de por sí con presiones mayores a lo que esperaba el oficialismo. Incluso el propio acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ya estipula que para 2026 el superávit primario necesario para cubrir el pago de intereses de deuda debería ser más elevado que este año -1,6% del Producto- y que tendría que acercarse a 2,2% del PBI.

Lo que resta del año, de por sí, será complejo en términos fiscales. Fundación Mediterránea proyecta un incremento real de 2,8% en los ingresos totales, lo que dejaría una suba acumulada para 2025 de 0,6%, por debajo del crecimiento estimado del PBI real. Este desempeño, precisan los analistas, debe evaluarse considerando que este año ya no aporta recaudación el impuesto PAIS.

Sin embargo, el escenario puede complicarse si se incorporan nuevas erogaciones, alertó la Fundación Mediterránea. “Teniendo en cuenta la nueva ley sobre discapacidad, y si se aprueban los proyectos de ley sobre ATN e impuesto a los combustibles, con un costo de cerca de 0,2% del PIB en lo que resta de 2025, para alcanzar el objetivo de un superávit primario del 1,6% del PIB, las erogaciones no automáticas -es decir, las que no están indexadas a la inflación como las jubilaciones- deberían recortarse aún más, en torno al 14% anual real entre agosto y diciembre”.

Fundación Mediterránea alertó que “si dichas partidas mantienen similar nivel de ajuste en lo que queda del año, entonces el resto del gasto no automático podría ajustarse un 5% real anual entre los meses de agosto a diciembre, y de todos modos cumplirse la meta de superávit primario de 1,6% del PIB en todo el año 2025”.

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