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1 de agosto de 2025

Las fotos y videos de las especies que se viralizaron tras el estudio del Conicet en la profundidad del mar

A bordo del buque Falkor too y con tecnología del Schmidt Ocean Institute investigadores exploran el Cañón Submarino de Mar del Plata, que registraron en vivo seres vivos como la “estrella culona” y el pepino de mar “Batatita”

>La La campaña, denominada “Talud Continental IV”, se lleva a cabo en el Cañón Submarino de Mar del Plata, a 300 kilómetros de la costa bonaerense, y logró captar la atención del público no solo por su valor científico, sino por los llamativos animales que protagonizaron los videos.

Entre los hallazgos que más repercusión generaron en redes sociales se encuentra una estrella de mar que fue apodada por los usuarios como “estrella culona”. Captada por las cámaras del ROV SuBastian, un vehículo operado remotamente que puede descender hasta 3.900 metros de profundidad, esta estrella pertenece al género Hippasteria.

La bióloga Pamela Rivadeneira, doctora por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, explicó que posiblemente se trate de la especie Hippasteria phrygiana, aunque advirtió que es necesario estudiar el ejemplar con mayor detalle para confirmarlo.

Según Rivadeneira, lo que llamó la atención fue la forma de su cara dorsal: “Se ven los pliegues del inter-radio entre los brazos de la estrella. Esto es lo que llamó la atención. En la otra cara hacia abajo, la estrella tiene una boca y dos estómagos que son internos”. La forma particular del cuerpo y su contextura voluminosa hicieron que en redes comenzaran a circular comparaciones con personajes animados.

De hecho, Mariela Romanelli, técnica responsable de la Colección de Invertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), aclaró: “Si bien las estrellas tienen sistema digestivo completo y tienen un ano, no se encuentra en la ubicación que se menciona en las redes sociales. Igualmente, es muy gracioso porque parecen los glúteos de Patricio Estrella del dibujo de Bob Esponja”.

El impacto fue tal que este equinodermo se convirtió en uno de los emblemas no oficiales de la misión. A través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, miles de espectadores siguieron las imágenes en tiempo real.

El fenómeno se reflejó también en los números: según varias cuentas de redes sociales que siguen plataformas de streaming, durante la medianoche del miércoles la transmisión del CONICET fue la más vista en estas vías digitales, con picos de 18.600 usuarios conectados de forma simultánea.

Otro animal que capturó la atención del público fue un pepino de mar de color violeta, que los espectadores bautizaron como “Batatita”. Se trata de un ejemplar del género Benthodytes, cuyo cuerpo ovalado y tono púrpura le valieron el apodo que remite al tubérculo homónimo.

Este tipo de participación espontánea por parte de la audiencia generó un fenómeno de divulgación científica poco común: una interacción directa entre la comunidad científica y la ciudadanía, mediada por imágenes en ultra alta definición y apodos virales.

La campaña, impulsada por el CONICET en colaboración con el Schmidt Ocean Institute, se realiza a bordo del buque de investigación Falkor (too) y forma parte de un esfuerzo más amplio que incluye a instituciones como el MACN, el Centro Nacional Patagónico, el Instituto de Biología de Organismos Marinos, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, y otras dependencias científicas de Mar del Plata, Ushuaia, Córdoba, Buenos Aires y La Plata.

El jefe científico de la expedición, el investigador Daniel Lauretta, destacó la magnitud de la iniciativa y el impacto de la transmisión en vivo: “Poder contar con el ROV SuBastian es un lujo, porque nos permite ver en directo lo que ocurre a casi 4.000 metros de profundidad, con un mínimo impacto sobre los organismos. Es como si tuviéramos un submarino con ojos súper sensibles que baja por nosotros y nos muestra todo con lujo de detalles”.

En relación con la recepción del público, agregó: “Que cualquier persona pueda conectarse desde su casa y ver en vivo lo que estamos viendo nosotros es una oportunidad única”.

El biólogo Martín Brogger lo señaló con claridad: “Esto confirma que el impacto humano llega a los ambientes más remotos y vulnerables del océano”.

En paralelo, los datos obtenidos serán volcados en plataformas de acceso libre como CONICET Digital, OBIS y GenBank, y se desarrollarán modelos 3D y material educativo para escuelas y museos.

En definitiva, más allá de los números de audiencia y los apodos populares, el estudio de los animales más virales del fondo marino argentino no solo abrió una ventana a un ecosistema hasta ahora desconocido, sino que también logró conectar, al menos por un momento, a la ciencia con el gran público.

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