17 de julio de 2025
Nelva Ortega-Tamayo, esposa del preso político cubano José Daniel Ferrer: “Sobrevive en condiciones crueles, inhumanas y degradantes”

La pareja del líder de la Unión Patriótica logró visitarlo en prisión. En diálogo con Infobae, describió el estado en el que lo encontró y las torturas a las que fue sometido en las últimas semanas
Ortega-Tamayo relató que el pasado lunes finalmente pudo obtener una fe de vida de su marido y explicó que la visita, otorgada en la cárcel tras ser citada a las 14:00 y comenzar dos horas después, se extendió por aproximadamente una hora bajo la vigilancia de Julio Fonseca, “un represor de la llamada seguridad del Estado”.
La situación de Ferrer dentro de la prisión sigue siendo de extrema gravedad: “Todo este tiempo, en presencia del represor de la seguridad del Estado, mi marido me confirmó que se mantiene toda la situación igual, excepto por las torturas extremas y las salvajes golpizas que hasta el momento han cesado”, indicó. Narró que desde el 5 de julio no hubo agresiones físicas. Sin embargo, sigue “hacinado junto con 13 delincuentes al servicio de la dictadura, que ya lo habían golpeado brutalmente bajo órdenes del jefe de la prisión, el teniente coronel Pineda”, denunció.En su conversación con Infobae, Ortega-Tamayo también denunció las pésimas condiciones en las que vive su marido en la cárcel. Relató que el preso político sigue rodeado de chinches, mosquitos y moscas, lo que le ha provocado severas lesiones dermatológicas.
“Las lesiones dermatológicas no solamente son por las picaduras de estos animales, sino también por el extremo calor y más con ese hacinamiento en el que lo tienen”, afirmó la entrevistada al describir el deterioro físico del líder de la Unpacu.“Lo supieron humillar, torturar y golpear brutalmente, y nunca dejaron de mencionar que preferían verlo muerto antes que fuera Premio Sájarov”, subrayó Ortega-Tamayo, quien teme que estas agresiones respondan a represalias por sanciones internacionales contra el régimen cubano.
De acuerdo con su denuncia, Ferrer fue sometido a actos degradantes, como la colocación de un embudo en la boca, la obligación de tragar sopa podrida bajo amenaza e incluso advertencias con hacerle comer su propio vómito si llegaba a rechazar los alimentos.La entrevistada describió el preocupante estado de salud de Ferrer tras las reiteradas agresiones y las condiciones en las que vive. Señaló que sufre dolores constantes: “Le duelen mucho los oídos. Ambos están reventados. Tiene psicosis, fuertes dolores de cabeza, y también dolores musculares y articulares por las golpizas recibidas”, detalló.
Luego relató que su esposo presenta “muchos moretones en todo el cuerpo, en el abdomen, en el área de los glúteos, los riñones y las piernas”, además de “marcas de dedos en la garganta”.También denunció la absoluta falta de atención médica: “Nunca le brindaron atención médica durante la huelga. Estuvo 11 días en huelga de hambre mientras lo golpeaban de cinco a seis veces al día, y nunca hubo un médico que prestara atención”, enfatizó.
La alimentación tampoco escapa al deterioro dado que el preso político debe subsistir con donaciones y, cuando recibe alimentos en prisión, se trata de “comidas putrefactas” y agua no potable.El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) presentó ante la Relatora Especial sobre la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, una denuncia y acción urgente en favor de José Daniel Ferrer por su “riesgo inminente para la vida”.
También envió similar petición a la Representante Especial de Derechos Humanos de la Unión Europea.“La denuncia internacional incluye abusos como violencia física sistemática, con brutales y reiteradas golpizas por parte de funcionarios de la prisión, así como la instigación a reclusos comunes para que participen en las agresiones; actos de tortura con el fin de doblegar su voluntad, tales como intentos de asfixia, torsión de dedos y extremidades; negación de derechos fundamentales, ya que las autoridades penitenciarias han impedido sistemáticamente la entrada de alimentos, medicamentos y artículos de higiene personal proporcionados por su familia; graves amenazas de muerte contra el señor Ferrer y su familia; y puesta en riesgo deliberada de su salud, porque existe una seria preocupación por una posible exposición a la tuberculosis”, concluyó.