4 de julio de 2025
Por qué la fuerte apreciación del real le quita presión a la suba del dólar en el mercado local

El tipo de cambio real ya está en su nivel más alto en un año y volvió a los niveles de junio de 2024. El debilitamiento global del dólar favorece a la Argentina, que pierde menos competitividad
El índice DXY, que mide la evolución del dólar en relación a una canasta de monedas muestra la mayor depreciación de las últimas décadas: casi 12% solo en el primer semestre.
Este índice llegó ayer a su nivel más alto del año y ubicándose 15% por encima de los niveles que mostraba el dólar oficial justo antes de que el Gobierno anunciara la flotación cambiaria.
La mejora es tal que el tipo de cambio real está en su nivel más alto de los últimos doce meses, volviendo a niveles de mediados del 2024.
Para esto contribuyen distintos comportamientos simultáneos: por un lado, el tipo de cambio nominal viene subiendo en las últimas jornadas, ya que trepó desde $1.160 a $1.245 de acuerdo al cierre de ayer. Al mismo tiempo, como la inflación viene desacelerándose implica un menor encarecimiento de la economía medida en moneda dura.Es una situación diferente a la sucedida por ejemplo en los años de la convertibilidad, durante la década de 1990. En aquel momento, Argentina estaba totalmente atada al dólar 1 a 1. El problema en aquel momento no fue solo la rigidez del esquema cambiario, sino que además el dólar se fortaleció significativamente en relación al resto de las monedas. El inédito superávit fiscal que había conseguido el gobierno de Bill Clinton generó esta suba del dólar a nivel global, lo cual automáticamente encareció a la Argentina contra el resto del mundo. Las devaluaciones de Rusia, el Sudeste asiático y Brasil precipitaron el fin del régimen a fines de 2001.
Ahora el contexto tiene importantes diferencias. No solo el dólar que a nivel internacional se viene derritiendo. Además, el tipo de cambio local que tiene mayor flexibilidad a partir de la introducción del esquema de bandas cambiarias, lo que permite amortiguar los shocks externos o los cambios de repentinos de flujos de capitales.