26 de junio de 2025
La Corte Suprema dejó firme la condena a 30 años de prisión contra un pastor que secuestró y violó a una menor por años: “Hizo de mi vida un infierno”
Ocurrió en Tapalqué. Jorge Antonio Torres fue denunciado en 2013, cuando la víctima logró escapar del cautiverio. La joven tenía 18 años al momento de radicar la denuncia, pero contó que el primer ataque fue a los 14
El pastor era considerado un “anciano” dentro de la congregación, con una posición jerárquica de autoridad. Sin embargo, el primer abuso había ocurrido un tiempo antes de que la secuestrada, cuando ella tenía 14. Y ella luego estuvo secuestrada desde diciembre de 2011 hasta el 17 de julio de 2013.
Según la reconstrucción del caso, Torres controlaba su rutina diaria, no le permitía comunicarse con el exterior y cerraba con llave cada acceso a la casa, que había sido reforzada con rejas para evitar cualquier intento de huida.
En su declaración, la víctima contó que el imputado la golpeaba, le marcaba el cuerpo con un arma blanca y la obligaba a mantener relaciones sexuales con personas que él mismo seleccionaba al azar. También relató que fue forzada a participar en prácticas zoofílicas.Durante ese período, fue encerrada en el baúl del auto cada vez que el presunto pastor viajaba a Tandil. “Poco a poco comencé a pensar igual a él por miedo. De a poco comencé a dar la mano como saludo entre los fieles, no saludé más a los hombres con un beso en la mejilla, Jorge no me dejaba. Comencé a vestirme con ropa grande, de negro o, mientras predicaba, con polleras largas”.
El fallo fue apelado tanto por la defensa como por la fiscalía. La Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó parcialmente la condena y consideró procedente revisar la pena y la calificación legal en relación con la concurrencia de los delitos. El expediente volvió entonces al tribunal de origen, que dictó una nueva sentencia y fijó la pena en 30 años de prisión.La última instancia fue un intento por llevar el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, mediante un recurso federal. Sin embargo, la presentación fue rechazada por motivos estrictamente procesales: no cumplía con las exigencias formales previstas, por lo que fue declarado inadmisible. Con ese rechazo, la condena quedó firme.
Según informes incorporados al expediente, una pericia psicológica determinó que la víctima había quedado bajo un esquema de sometimiento total, con pérdida del sentido crítico, aislamiento emocional y dependencia hacia el acusado.