Martes 13 de Mayo de 2025

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13 de mayo de 2025

Christian Asinelli: “La integración es un desafío pendiente en la región que se puede lograr con voluntad política”

El vicepresidente del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe presentó su último libro. Su mirada sobre el crecimiento, la educación, la infraestructura y la consolidación de las instituciones para revertir la pobreza

>El vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el argentino Christian Asinelli, resaltó que la integración regional es un desafío pendiente pero posible si existe voluntad política. Además, abogó por avanzar en acuerdos estratégicos para “salir del círculo de pobreza estructural”.

En una entrevista con Infobae a propósito del lanzamiento de su nuevo libro “Claves para el Desarrollo de América Latina y el Caribe”, Asinelli se refirió a los principales desafíos que tienen las clases dirigentes y advirtió que las cuestiones ideológicas no deberían ser un impedimento para llegar a consensos que permitan avanzar con obras estratégicas, mejorar la educación y consolidar las instituciones democráticas.

“La integración es un desafío que está pendiente y que se puede lograr con voluntad política”, sostuvo el VP de la CAF, quien destacó que una definición común sobre el uso de los recursos disponibles podría revertir las condiciones actuales de pobreza.

En su análisis, el vicepresidente de la CAF reconoció que, pese a los múltiples problemas que enfrentan América Latina y el Caribe, la posibilidad de integración sigue vigente y subrayó que el contexto global, marcado por crecientes incertidumbres, ofrece una oportunidad para que la región actúe unida.

“Mirar los problemas globales que tiene el mundo y ver una región que los puede resolver si está unida es una matriz bastante presente en las charlas y entrevistas”, explicó el vicepresidente de la CAF, quien también elogió al fallecido papa Francisco, con quien mantuvo una relación cercana, tanto en lo personal como en los institucional. “Fue una voz muy potente. Hoy se escucha en la región y en todo el mundo su frase ‘nadie se salva solo’. A veces fue incomprendido, pero sembró mucho”, afirmó.

Asinelli mencionó que la integración ha sido un objetivo histórico, desde Simón Bolívar hasta José de San Martín, pero reconoció las dificultades para llevarla a la práctica. Aun así, afirmó que hoy, con una matriz energética más limpia que la de los países desarrollados, una capacidad alimentaria superior a la demanda interna y el acceso a minerales estratégicos como el litio —del cual Argentina, Bolivia y Chile concentran el 70 % de las reservas globales—, la región cuenta con activos valiosos para construir un futuro compartido.

El dirigente del CAF enfatizó la necesidad de una “mirada estratégica” por parte de los gobiernos para acordar puntos esenciales. “No se tienen que poner de acuerdo en todo. Se tienen que poner de acuerdo en las cuestiones estratégicas”, afirmó, en referencia a decisiones sobre educación, infraestructura y el tipo de Estado y democracia que se quiere construir.

Por último, remarcó la necesidad de dejar de lado disputas menores y avanzar en consensos duraderos. “Vivimos en una región muy injusta, con todavía mucha pobreza. No hay tiempo para pensar en peleas mezquinas. Tiene que haber más tiempo para pensar en cómo hacemos para que los temas claves sean consensuados y llevados para adelante con una visión de largo plazo”, concluyó.

– Para iniciar la charla quiero preguntarle ¿qué quiso transmitir con este nuevo libro “Claves para el Desarrollo de América Latina y El Caribe”?

Fruto de la experiencia que estoy teniendo en CAF, trabajando y viendo qué pasa en todos los países de América Latina y el Caribe, en la interacción con ministros, con presidentes, con responsables de llevar adelante las políticas públicas, la idea del libro es aprovechar toda esa experiencia, ese conocimiento para generar un debate de hacia dónde tenemos que ir como región.

- El libro tiene un hilo conductor, que es una parte de conceptualización de los distintos temas y una experiencia práctica de distintos artículos que fui escribiendo en los últimos años. Después, lo que para mí es muy importante, es recoger la experiencia de gente que ha vivido, que ha pasado por lugares de gestión, que -a unos les puede gustar más o menos- pero han tenido una vida de 70, 80 años de experiencia. Soy de los que creen que la experiencia llega tarde y cuesta cara, y que aprovechar la experiencia de aquellos que han vivido es muy importante.

Uno de los hilos conductores en todos ellos fue esta idea de que, a pesar de los problemas que tenemos en la región, la integración es algo que todavía falta, pero que es posible concretarla. Mirar los problemas globales que tiene el mundo y ver una región que los puede resolver si está unida, es también una matriz bastante presente en las charlas y en las entrevistas. Son dirigentes de muchísima experiencia, algunos porque han sido expresidentes, otros porque dirigen organismos internacionales, como Mariano Jabonero, en temas de educación, o Conrado Varotto, que en Argentina y en el mundo es una de las personas más reconocidas en temas de ciencia, tecnología, cuestiones nucleares.

– Quiero hacer un punto ahí, porque América Latina y el Caribe están dominadas por un escenario de pobreza estructural, de grandes deficiencias, desde la infraestructura, a la gestión política y de los gobiernos. Se la define como la región más injusta del mundo. ¿Es la región más injusta del mundo?

- El índice de Gini muestra que América Latina termina siendo una de las regiones con la distribución de la riqueza menos equitativa, inclusive de regiones como África, donde uno pensaría que tiene una peor distribución de ingresos. En la región tenemos lugares donde hay muchísimo desarrollo y también hay grandes bolsones de pobreza. Por eso, uno de los temas clave es poder salir de este círculo que tenemos, a partir de la transición energética…

 - Hay toda una generación que ha estado en la pobreza. La post pandemia no nos ha ayudado, porque la pandemia generó un fenómeno que, como generación, no teníamos idea que íbamos a vivir. Fue difícil para los gobiernos, fue difícil para la gente, fue difícil para todo el mundo.

Tuvimos que salir a buscar afuera las vacunas. Todos los países sufrieron si accedían a vacunas de Estados Unidos, si las conseguían en China, Rusia. Ahora, que se nos fue el Papa Francisco, él siempre decía “nadie se salva solo”, pero fue todo lo contrario, fue un “sálvese quien pueda”. Francisco decía que la post pandemia nos iba a encontrar de dos maneras: íbamos a salir mejores o peores. Después, cada uno puede tener su opinión.

- Salimos de la pandemia y entramos en dos guerras. Ya eso dice todo. Pero volviendo a la pregunta, después de la pandemia, empezaron a generarse un montón de problemas que ahora estamos empezando a ver, como temas fiscales -porque hubo que redireccionar gastos- faltaron ingresos en pequeñas empresas que tuvieron que dejar de funcionar.

– O los que tenían o contaban con contención familiar.

Los Estados también tuvieron que gastar un montón de dinero en comprar vacunas, en adecuar hospitales, hasta los barbijos o el alcohol en gel. Si no tomamos decisiones en la región sobre cómo financiar las grandes infraestructuras y cómo financiar la educación para salir de la pobreza estructural, todo eso nos puede encontrar en una región mucho peor en los próximos años.

En América Latina y el Caribe hay un montón de recursos en gas. ¿Qué vamos a hacer con eso? ¿Lo vamos a utilizar para financiar esa transición o lo vamos a dejar enterrado? Una buena definición estratégica de cómo utilizar esos recursos nos pueden ayudar a mejorar y revertir las condiciones de pobreza.

- Una es la integración física. Aquellos lugares que tienen gas -por ejemplo Vaca Muerta- pueden generar una infraestructura para ayudar a mejorar el desarrollo de distintas regiones del sur de Brasil, del norte de Argentina, de Chile. Eso puede ayudar también a mejorar toda la matriz energética, a bajar las emisiones de dióxido de carbono, que la región emita energía más limpia.

Por eso, tiene que haber mirada estratégica y tienen que ser algunos puntos donde -esto es un segundo punto importante- los líderes de la región se pongan de acuerdo. No se tienen que poner de acuerdo en todo. Se tienen que poner de acuerdo en las cuestiones estratégicas, en las que hacen a una diferenciación de lo que vamos a hacer como región o de lo que no vamos a hacer.

- Primero, hay que subrayar la importancia de las políticas de Estado, que las clases dirigentes, sin importar el país, se tienen que poner de acuerdo en cuáles son los temas fundamentales. En educación, en infraestructura, en qué tipo de Estado quieren. Esto se relaciona fuertemente con qué tipo de democracia también queremos para nuestros países.

– Insatisfacción democrática, le dicen acá en Argentina.

Ese debate ya está resuelto, desde el punto de vista académico y en algunos países desde la práctica. Se necesitan instituciones lo suficientemente fuertes y eficientes para poder hacer un delivery de lo que la gente necesita. Después, algunos pensarán que se requiere más Estado o menos Estado, eso termina siendo otra discusión. Lo que está claro es que al Estado se lo necesita y el Estado, sea chico o grande, debería tener las capacidades en su gente y en las normas, que ayuden a generar las políticas públicas que la sociedad demanda en educación, en salud, en temas sociales, en jubilaciones.

– Hay una visión que, por ejemplo, plantea el presidente Javier Milei, de que cuanto menos Estado hay más desarrollo. ¿El planteo del libro y lo que se pudo recoger en las charlas con estos líderes, indican que es más Estado o menos Estado?

Lo que tenemos que hacer -y es lo que propone el libro- es ver las experiencias pasadas Por eso la importancia de las entrevistas. Pero también la teoría, porque ya sabemos qué ha pasado en distintos lugares del mundo. Hoy, con inteligencia artificial, se puede rápidamente saber qué está pasando en cualquier lugar del mundo. No hace falta ni siquiera ver televisión.

– En las charlas con estos líderes, ¿hay alguna preocupación o alerta comunes que todos hayan subrayado?

Otro hilo conductor de todas estas personas es que, a pesar de los problemas, todos miran para adelante, con una visión de futuro esperanzadora. No diría ni optimista, ni pesimista, esperanzadora. Con esta idea de que se puede generar o que podemos vivir en una región mejor, pero lo tenemos que hacer juntos.

- Esto para mí es una continuidad del libro anterior, donde analicé el desarrollo en América del Sur a través de los créditos otorgados por los organismos multilaterales y vi que faltaba ampliar el debate. Obviamente, este es un libro que intenta generar debate en distintos sectores de la sociedad.

Cuando pensé a quién dirigirlo, desde el punto de vista académico, me gustaría que esto sea un debate en las universidades, que ayude a pensar a los que hacen o toman decisiones de política pública. Acá no hay recetas, lo que hay acá es una idea de abrir la discusión para ver cuáles son y que nos pongamos de acuerdo, en la medida de lo posible, en los temas claves en los que necesitamos como región ponernos de acuerdo.

– ¿Hay generosidad para que eso ocurra? ¿Hay solidaridad y comprensión de estas urgencias?

– Son todos líderes que hicieron y que hablan de futuro. ¿Son esas cabezas aptas para lo que viene?

Quizás no sean las personas que dirijan el futuro, pero sí tienen que ser las personas que le digan a las nuevas generaciones que van a llevarnos al futuro. Que pueden decir “no se equivoquen con esto, o hagan doble click cuando vean esto, o cuando alguien insulte, piensen dos veces antes de contestar”.

– ¿Cómo se aborda a dirigentes tan importantes de la región? Un periodista los aborda buscando alguna declaración atractiva. ¿Qué iba a buscar cuando habló con ellos?

Dentro de las entrevistas se refirieron a la integración, la democracia, hablaron sobre medio ambiente, inteligencia artificial. Cada uno que lea o vea las entrevistas también le puede sacar el jugo desde el punto de vista que le interese, por eso el libro es temático. Traté de que tuviera una visión integral, pero a alguno le puede interesar el capítulo de infraestructura y a otros el de cambio climático, o de inteligencia artificial.

- Ojalá que sea bien recibido y genere un debate interesante mirando al futuro. No pretendo que estén de acuerdo con todas las cosas que dicen en el libro, pero creo que los temas -puede haber más- son importantes para pensar el futuro de nuestra región, de nuestros países, de nuestras ciudades y cómo nos insertamos en una economía global que va cambiando.

- Desde la mirada del presente, de qué piden, en qué están pensando, cada país tiene agendas distintas, pero a todos los cruza agendas comunes, por ejemplo, de agua y saneamiento. Los temas climáticos también, porque todos están pensando en cómo hacen para generar menos gases de efecto invernadero. Cuando se analiza los países y se baja a las regiones, los temas de infraestructura vial -básicamente rutas- son clave, porque es lo que conecta al pequeño productor que después puede sacar su producto para exportarlo.

– ¿Haciendo reformas internas?

Ningún banco de desarrollo va a solucionar todos los problemas, pero sí pueden dar la mirada de largo plazo, porque hay en todas estas instituciones funcionarios y funcionarias con mucha experiencia. Es gente que trabaja un proyecto en Argentina, pero después también en Trinidad y Tobago o en Panamá. Se van conociendo distintas realidades que después pueden ayudar a mejorar los proyectos, pero lo principal que necesitamos es proyectar una mirada de largo plazo.

– Hay una polarización ideológica en la región, con una mayoría de países de un signo ideológico, más de centroizquierda, y países, como Argentina, Ecuador y El Salvador, más de derecha. ¿Eso complica los diálogos por la integración?

– Me refiero específicamente a las relaciones entre ellos para lograr esa integración, que según el libro, es clave para el desarrollo.

– En la región, en el Mercosur, sus líderes principales, Lula Da Silva y Javier Milei, nunca hablaron directamente.

Soy muy respetuoso y también todos estos años me ha dado esa idea de que hay que respetar qué tipo de dirigentes eligen cada uno de los ciudadanos, que muchas veces tiene que ver con los momentos que vive cada país. La gente va cambiando y además hoy tenemos una realidad de las redes sociales que tienen un alto impacto.

– La del final apunta a algo más personal. Tuvo una vinculación muy profunda y cercana al Papa Francisco. Le pido una reflexión sobre su partida, desde lo humano a lo político o geopolítico.

El otro día, revisando con mi mujer, veíamos una foto del 2007, cuando ella estaba embarazada de nuestra primera hija, y estábamos con él, y otra foto del 2005. Me dio mucha tristeza por la partida de un ser querido, desde lo personal. Me emociona, me da tristeza y dolor, pero también entiendo que es parte de la vida.

Pensar que en “El Eternauta”, esta serie tan popular en todo el mundo, está presente la visión de que “nadie se salva solo”. Eso es algo que él ha inculcado y lo veo a lo largo y a lo ancho de América Latina y el Caribe, donde se escucha a presidentes, ministros, diputados, líderes sociales mencionar que “nadie se salva solo”. Por eso veo una esperanza. Él, de una u otra manera, con la voz potente que tenía, encendió distintas llamitas del cuidado del medio ambiente, de pensar en los bordes, en la gente que está afuera, en las periferias o en la generación de puentes.

Lo criticaban porque “se juntó con fulano o se juntó con mengano”. Se juntaba con todos, esa era su visión y su misión de ser un pastor para todos. A veces fue muy incomprendido, quizás en Argentina, pero a mí que me toca viajar por toda la región y otras partes del mundo, Francisco siempre fue una voz y alguien muy respetado. Tuvimos la suerte de que entre más de 260 de papas de la Iglesia, el primero de América Latina y el Caribe, fue argentino.

– Y desaprovechada.

– Como reflexión final, ¿si algo tuvieran que dejar de lado los dirigentes políticos para esta meta, qué sería?

– Pensé que iba a decir la ideología.

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