Lunes 28 de Abril de 2025

Hoy es Lunes 28 de Abril de 2025 y son las 12:26 -

28 de abril de 2025

“Dios, dame alas para volar”: la milenaria leyenda que originó un récord Guinness y un teleférico de ensueño

Los amantes de los viajes dicen que hay lugares a los que hay que viajar al menos una vez en la vida. Este es uno de ellos. Advertencia: es mucho más que un viajecito por las alturas de Armenia

>(Desde Tatev, Armenia) El pedido atribuido a un monje que temía ser castigado por su superior tras haberse subido a lo alto del imponente monasterio de Tatev hace cientos de años ha sido atendido.

La urgencia del aspirante no tenía una solución técnicamente sencilla: elevarse hasta 320 metros de altura y recorrer cinco kilómetros sin escalas para poder escapar a la colina segura más cercana. Desde 2010, este récord Guinness es posible gracias a la inversión del empresario Ruben Vardanyan, hoy preso político del régimen de Ilham Alíyev en Bakú, capital de Azerbaiyán.

Los 5.752 metros de largo se recorren en 12 minutos, en un viaje que usualmente es de ida y vuelta. La tecnología fue provista por la compañía suizo-austríaca Doppelmayr-Garaventa e instalada por expertos italianos.

La región tiene una particular belleza y ha sido defendida con orgullo por los armenios incluso ante la ocupación bolchevique. Cuando las milicias de Moscú entraron en el país cinco años después de derrocar al zar Nicolás II. En plena etapa de expansión territorial de la naciente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un militar de alto rango llamado Garegin Nzhdeh se atrincheró en esta aldea del extremo sur de su país y utilizó el monasterio de Tatev como fuerte para sus tropas.

Incluso fundó la efímera República Montañosa de Armenia el 17 de abril de 1921, pero la resistencia ante las tropas soviéticas -debido a la falta de armas los armenios les arrojaban aceite hirviendo desde las alturas- duró solamente hasta julio de ese mismo año.

Pero el proyecto del teleférico también le sirvió a la Fundación Ruben Vardanyan para recuperar la grandeza de los templos. Los recursos que genera la venta de pasajes fueron utilizados para ponerlos otra vez en condiciones e iniciar un proceso de constante recuperación que aún se lleva adelante.

El funcionamiento de este cable carril es sencillo: tiene dos cabinas que trabajan en paralelo, es decir que cuando una parte desde la estación del monasterio, la otra lo hace desde la de Halidzor. Por lo tanto, se cruzan siempre a medio camino, justo encima de la garganta del río Vorotán y a 320 metros de altura.

Como es lógico, los días de sol son los mejores para apreciar las impactantes vistas. Si bien el servicio se mantiene incluso ante algunos climas adversos, las tormentas eléctricas y los fuertes vientos son razones suficientes para detener la circulación.

Mientras que en la primera década se calcula que brindó servicio a casi un millón de personas (las cifras oficiales alcanzan a 949.000 pasajeros que pagaron ticket), en la segunda el caudal se ha reducido debido a la pandemia de COVID y a la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el control de la provincia de Artsaj (denominación armenia de la región que rusos y azeríes llaman Nagorno-Karabaj).

Ahora, ha vuelto a crecer ante el cese de los combates y la grandeza de un sitio único en el mundo, donde se cruzan obras grandiosas con más de mil años de diferencia, la tradición religiosa con los últimos avances tecnológicos, y la política actual con la legendaria resistencia de la etnia armenia ante quienes amenazan su existencia. Parece que, finalmente, Dios escuchó el ruego de aquel joven aspirante a monje en Tatev: “Por favor, dame alas para volar”.

COMPARTIR:

Comentarios

  • Desarrollado por
  • RadiosNet