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25 de marzo de 2025

Jugó en Boca, pero una lesión ocular le cortó la carrera y hoy trabaja como remisero: “La vida es así y hay que hacerle frente”

Luis Mario Saraco debutó en el 75 y llegó a compartir plantel con el Loco Gatti, pero debió retirarse a raíz de un desprendimiento de retina producto de un golpe: “A veces suceden cosas que uno no las espera. Me hubiese encantado vivir del fútbol”

>Para un futbolista, llegar a jugar en Primera División se traduce como la coronación de una serie de esfuerzos desde temprana edad. Ni hablar si el club del debut es un grande del fútbol argentino como Boca Juniors. Luis Mario Saraco logró todo eso, pero una lesión en uno de sus ojos le impidió seguir adelante con ese sueño y hoy se gana la vida como remisero.

Saraco jugaba de mediocampista, pero tuvo la posibilidad de debutar con la camiseta del Xeneize como lateral derecho durante la huelga de jugadores profesionales de agosto de 1975 -aquella que se produjo mientras River Plate se consagraba campeón y cortaba una sequía de 18 años sin títulos-.

“Lamentablemente, mi carrera fue corta, después del debut volví a alternar con la Tercera y a entrenar con Primera. Pero, antes de volver a jugar con la Primera, tuve un desprendimiento de retina producto de un golpe. Me operaron, pero no quedé bien y el médico me dijo que no podía jugar más porque corría el riesgo de quedarme ciego. El momento en el que me lo comunicó fue durísimo, pero son las cosas de la vida”, explica el ex futbolista que debió colgar los botines a los 21 años.

Ya lejos del mundo del fútbol, Luis se reinventó, formó una familia y se gana la vida como remisero en Villa Luzuriaga, localidad de La Matanza, en la Provincia de Buenos Aires. “A veces suceden cosas que uno no las espera. Me hubiese encantado vivir del fútbol, hacer una carrera hasta los 33 o 34 años y retirarme tranquilo. Además, recorrí todas lasIinferiores, hice todo el camino, pero, bueno, la vida es así y hay que hacerle frente”, agrega.

“Cuando dejé el fútbol empecé a trabajar en un banco, que para mí eso era importante, porque de repente también te encontrás con que no sos más jugador de fútbol y tenés que ganarte la vida, y ahí me hacían sentir un crack, me decían ‘éste jugó en Boca, vamos a hacerlo jugar para nosotros’ y me pusieron a jugar para el equipo del banco. Obviamente ya había pasado un tiempo de la operación, así que acepté y jugué bastante tiempo,” recuerda.

Ya en su papel de hincha explica las diferencias entre dos de los mejores jugadores de la historia del Xeneize: “De chico mi ídolo era Ángel Clemente Rojas. Lo que hizo Rojitas adentro de una cancha no se lo vi hacer a nadie más. Era fantasía. Te ganaba un partido él solo. Después vi a Riquelme, aunque Román era más pausado, Ángel corría más”.

Lo cierto es que a Luis Saraco nada ni nadie va a quitarle haber jugado en Boca. Supo transmitirle el amor por el club de La Ribera a su familia y cuenta lo especial que es ser parte de la historia de la institución: “Un día voy al Museo y mi hijo menor me dice: ‘mirá, papá, el de esa foto sos vos’. Yo no lo podía creer, cuando la vi me emocioné más que cuando jugué, es un orgullo para mí“.

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