19 de marzo de 2025
Un estudio examinó el papel de las células “zombies” en la inflamación crónica del envejecimiento

La investigación planteó que, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo se vuelve menos eficiente para eliminar estas estructuras celulares que dejan de crecer y, en algunos casos, liberan moléculas inflamatorias. Los detalles
Según precisaron en el comunicado, “las células que ‘ejecutan’ este programa inflamatorio exhiben el fenotipo secretor asociado a la senescencia (SASP). Un exceso de células con SASP que secretan moléculas inflamatorias puede contribuir a la inflamación crónica del organismo. Esta inflamación generalizada, denominada ‘inflamación’, se ha vinculado a muchas enfermedades relacionadas con la edad”.
Ellos agregaron en el documento difundido por Sanford Burnham Prebys: “El equipo de investigación transformó células humanas en senescentes mediante la exposición a radiación y, posteriormente, las utilizó para demostrar que la proteína tumoral fijadora de ADN p53 suprimía la SASP y uno de sus eventos desencadenantes: la formación de fragmentos de cromatina citoplasmática (CCF). Estos fragmentos son fragmentos de ADN dañado que se han expulsado del núcleo celular al citoplasma gelatinoso que ocupa el espacio celular entre la membrana externa y el núcleo central. La presencia de ADN donde no debería estar puede activar el sistema inmunitario y contribuir a la SASP”.
Para validar estas observaciones, los científicos administraron a ratones un fármaco desarrollado para activar p53, con el fin de suprimir tumores. En ratones mayores, el tratamiento no redujo la cantidad de células senescentes, pero sí revirtió la firma celular que caracteriza la SASP asociada a la edad, lo que podría reducir el llamado inflammaging.Por su parte, Karl Miller, otro de los expertos que participó en la investigación, analizó: “En conjunto, hemos identificado un circuito celular capaz de promover la reparación del ADN y la integridad del genoma al tiempo que suprime la peligrosa característica inflamatoria de las células senescentes que contribuyen a las enfermedades relacionadas con la edad”.
Finalmente, Miller, quien se desempeña en el laboratorio de Adams en Sanford Burnham Prebys, destacó: “También hemos demostrado que esta vía puede modificarse con fármacos existentes en cultivos de células y ratones, por lo que algún día podría ser posible diseñar un tratamiento dirigido al p53 para promover un envejecimiento más saludable”.