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11 de marzo de 2025

Exclusivo: el video inédito del femicida Jorge Mangeri en el que habla del crimen de Ángeles Rawson en 2013

El material fue grabado en la cárcel de Ezeiza, pocos meses después del asesinato de la adolescente de 16 años. Se mantuvo oculto durante más de una década

>Es martes 15 de agosto de 2013, son las 16.40. Para aquel invierno de 2013, Mangeri ya estaba acusado de haber asesinado y arrojado a un contenedor de basura a El encuentro entre el encargado de edificio y sus abogados arrancó, exactamente, a las 16.43 de aquel martes de 2013. También había peritos y secretarias. Alguien decidió registrar el encuentro en un video, de manera oculta. Durante la siguiente hora, Mangeri habló sin parar del crimen y dijo que al momento de matar a Ángeles estaba “enceguecido”. También señaló que lo que sucedió fue “un accidente”. La realidad indica que no fue así: fue un femicidio. No va a ser la única mentira que diría.

Antes de analizar los dichos de Mangeri, conviene repasar algunos detalles del caso para entender el contexto en el que se dio la reunión.

En simultaneo, a algunos kilómetros de allí, en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Palermo, una mujer llamada María Elena Jimena Aduriz llevaba 24 horas buscando a su hija de 16 años: Ángeles Rawson. Lo hacía junto a su pareja Sergio Opatowski, sus hijos y el papá de la chica, Franklin Rawson. Jimena explicaba ante la Justicia que la menor había ido a su clase de gimnasia del colegio Virgen del Valle y que, al regresar a media mañana, se había perdido su rastro.

Lo misterioso del caso era que, en la tarde de la desaparición, una cámara ubicada en Ravignani 2330, muy cercana al edificio en el que vivía la adolescente, la había tomado caminando. Es decir, Ángeles había llegado hasta la puerta de su casa antes de desaparecer.

Cuando la Justicia tomó intervención en la planta del CEAMSE, se encontró que en la cinta había restos de un cadáver. Se llevaron las partes para realizar un cotejo. A las pocas horas se conoció la noticia de que el cuerpo pertenecía Ángeles.

La conmoción fue absoluta y los medios de comunicación comenzaron a replicar la noticia y a especular con quién podía ser el asesino. El primer apuntado por la justicia y por la opinión pública fue Opatowski, el padrastro de Ángeles. ¿Los motivos para sospechar?. Ninguno. Sólo que tenía “cara de loco”, según se decía en ese momento, y que no lloraba por la muerte de la hija de su pareja. Insólito. Pero así fue. Incluso, hubo gente que le gritó “asesino” en la calle.

El sábado 15 de junio de 2013, cuatro días después del crimen, la fiscal María Paula Asaro llamó como testigo al encargado del edificio. La funcionaria declararía tiempo después que, hasta ese momento, no tenía ninguna sospecha sobre Mangeri.

La testimonial arrancó a las 2. Primero, el encargado aseguró que había sido apretado por policías la noche anterior y que lo habían picaneado para que confesara el crimen. Era todo mentira, nunca se comprobó que nadie lo haya intimidado. A medida que la declaración avanzaba, Mangeri comenzó a contradecirse. Además, no quiso que un médico le vea las heridas que, según él, le habían producido los agentes.

Jorge Néstor Mangeri quedó oficialmente detenido por el crimen de Ángeles Rawson. Algunos días después, fue enviado a la cárcel de Ezeiza. Cuando se cumplieron dos meses de su encierro, se produjo la reunión que quedó registrada en video entre Mangeri, sus abogados y sus peritos.

En las imágenes, a las que pudo acceder este medio, se ve a Mangeri sentado en una especie de pupitre hablando con sus interlocutores. Lo primero que se le escucha decir es una mentira, de tantas que diría.

Todo falso. Quedó comprobado en el expediente, y luego refrendado en el juicio oral que se realizó en 2015, que debajo de las uñas de Ángeles se encontraron rastros biológicos de Mangeri. Es decir, cuando el encargo intentó violarla ella se defendió como pudo para evitarlo.

A pesar de que en un principio nadie le había creído su relato de los policías apretándolo, Mangeri seguía insistiendo con el tema ante sus letrados: “Después con la fiscal, yo pedí hablar con ella a solas y me dijo que no. En el momento en que ella se fue, todo ese tiempo, la Policía me decía que yo la había violado, que yo la había matado, que iba a ir preso de por vida, que iban a meter a Diana (su mujer) presa”.

Lo que no le contó Mangeri a sus abogados es que antes de ir a declarar con la fiscal aquel día, primero pasó por la casa de Cecilio Saettone, primo de su mujer Diana. Se trata de un hombre que en ese entonces era oficial mayor de la Policía Bonaerense. ¿Por qué pasó a visitarlo? Quedó acreditado que Saettone lo ayudó a quemarse el cuerpo para disfrazar de alguna manera los arañazos que tenía de Ángeles.

En otra parte del material que difunde Infobae en exclusiva, finalmente, Mangeri lagrimeó y confesó que, al momento de matar a Ángeles, estaba “enceguecido”. También habló de “accidente”.

Cada frase que dice Mangeri en este extracto del video, tiene una explicación que convierte esas palabras en una confesión. Veamos.

Mangeri explicó, en ese momento y lo sigue haciendo hasta el día de hoy, que Ángeles llegó al edificio y lo insultó. Que la adolescente lo solía hacer, pero que él nunca reaccionaba ante esos presuntos insultos. Contó también que aquella mañana, decidió empujarla y que la joven se golpeó la cabeza contra la pared y se desvaneció. Al ver esta situación, decidió subirla hasta el octavo piso, su departamento, y la hizo oler vinagre para que reaccione. Al ver que no reaccionaba y que estaba muerta decidió ponerle una bolsa del supermercado DIA en la cabeza para luego meterla en una bolsa negra y arrojarla en el contenedor de basura.

A esta altura, sobra decir que Mangeri es, por donde se la mire, un mentiroso. Quedó más que comprobado a lo largo de la investigación, del juicio y de las revisiones que se hicieron a raíz de las apelaciones, que intentó violar a Ángeles, que al no poder hacerlo por la resistencia de la chica, la ahorcó hasta matarla para luego arrojarla a la basura. Todo lo demás es parte de la imaginación perversa de un femicida.

Cuando Mangeri dijo en el video “en ese momento estaba enceguecido”, se refirió al presunto e inexistente momento en el que Ángeles lo insultó. Al momento de decir “me pesaba, no vi que fue un accidente”, hace mención a que, teóricamente, luego del empujón y de ver a la adolescente desvanecida, habría pedido ayuda, ya que su intención no fue matarla.

El encargado de Ravignani estuvo preso durante una década en el módulo 1 de la cárcel de Ezeiza. Mangeri nunca dejó de recibir la visita de su esposa, Diana Saettone, quien hasta la actualidad sigue sosteniendo su inocencia. Sin embargo, ahora los separan 1.500 kilómetros. Es que, en diciembre de 2024, el femicida fue trasladado al nuevo pabellón de ofensores sexuales del penal de Rawson, en Chubut, donde permanecerá preso el resto de su vida.

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