10 de marzo de 2025
La historia de Carlos Volante, el argentino que revolucionó el fútbol y le dio el apellido a su posición

El apellido del futbolista, que destacó en Brasil, hoy está en boca de todos a la hora de referirse a un mediocampista en Latinoamérica
El histórico jugador argentino es, sin dudas, una de las figuras más enigmáticas del fútbol sudamericano, ya que su legado en el fútbol no se debe a las estadísticas o los números de partidos jugados o títulos obtenidos a lo largo de su carrera, sino que su mayor hazaña fue haberle prestado su apellido a la posición que hoy se conoce como “volante”, un término que se ha extendido por toda América Latina y que define a los mediocampistas de contención en la cancha.
Sin embargo, su carrera dentro del país resultó breve en comparación con lo que se avecinaba. Para 1931 Volante ya emprendía su viaje a Europa, sin antes brillar en Platense, equipo en el que su rendimiento lo llevó a ser convocado a la selección argentina en dos partidos amistosos contra Uruguay (junio de 1929, 1-1) y Yugoslavia (agosto de 1930, 3-1).
Pero su destino iba a cambiar por completo en 1938 cuando, por la situación y el clima político-social que atravesaba Europa con la Segunda Guerra Mundial a punto de estallar, se vio obligado a huir junto a su familia.
En un giro inesperado, Carlos Volante se encontró en la Copa del Mundo de Francia de 1938 como masajista de la selección de Brasil y su historia con el fútbol de ese país comenzó a florecer. Durante los entrenamientos, los jugadores y dirigentes lo invitaron a jugar y notaron su capacidad para destacarse como mediocampista central. Fue entonces cuando, tras acabar el Mundial, viajó a Sudamérica y Flamengo lo fichó, sin imaginar que iba a convertirse en una de sus grandes figuras.Finalmente, a los 36, Volante decidió volver a Argentina y poner punto final a su carrera profesional como futbolista después de haber alcanzado la gloria y quedar en la historia con el Rubro-Negro.
Flavio Costa, entrenador en aquel momento, vio cómo su mediocampista estrella le decía adiós y, al analizar su plantel, encontró a su reemplazante en el paraguayo Modesto Bría. Fue entonces cuando lo miró fijamente y le dijo: “Quiero que juegues como Volante”, haciendo alusión a la forma de jugar aguerrida e inteligente de su ex figura.Lejos de parecer una historia salida de un cuento, en diálogo con Infobae, el periodista y vicepresidente del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), Oscar Barnade confirmó lo ocurrido: “El puesto en un momento era half y luego midfield que significaba mediocampista. No se llamaba volante a los que jugaban en el medio. En esa época había mucha cantidad de jugadores argentinos en Brasil, pero a partir de ahí, por sus características, su apellido quedó instalado como un nombre de un puesto. Después esa referencia al puesto vino y comenzó a utilizarse acá (Argentina)”.Finalmente, y para dejar en claro que el mediocampista argentino dejó una huella imborrable en tierras brasileñas, 25 años después de su muerte (falleció en 1987 a los 76 años) su nombre volvió a ser tema de debate cuando el periodista Marcelo Calvente recordó una charla que mantuvo con un colega de Brasil en la antesala al duelo entre Lanús y Flamengo por la primera fecha del Grupo 2 de la Copa Libertadores 2012.
“El propio DT le había contado durante el viaje que el primer gran centro-half del fútbol brasileño había nacido cerca de la cancha de Lanús, y que tanta había sido su impronta en el fútbol de Brasil que con su nombre fue rebautizada esa posición en el terreno de juego, y que con el paso del tiempo la nueva denominación se había extendido a todo el continente”, detalló.
Tras su retiro como futbolista, Volante incursionó en la dirección técnica y alcanzó un hito histórico en 1959 al convertirse en el primer entrenador extranjero en ganar un título en Brasil, al llevar al Bahía FC a conquistar la Copa de Brasil, el primer trofeo de su historia. Sin embargo, su verdadero aporte al mundo deportivo fue más allá de su carrera como jugador y entrenador. Su apellido trascendió más allá de su propia historia y se transformó en uno de los términos más comunes a la hora de hacer referencia a los mediocampistas en la actualidad.