7 de marzo de 2025
Científicos australianos descubrieron el cráter de meteorito más antiguo del mundo

El hallazgo “desafía significativamente las suposiciones previas sobre la historia antigua de nuestro planeta”
“Descubrir este impacto y encontrar más de la misma época podría explicar mucho sobre cómo pudo haber comenzado la vida, ya que los cráteres de impacto creaban entornos favorables para la vida microbiana, como piscinas de agua caliente”, comentó Kirkland.
“También refina radicalmente nuestra comprensión sobre la formación de la corteza terrestre, ya que la enorme cantidad de energía generada por este impacto pudo haber influido en la configuración de la corteza temprana de la Tierra”, añadió.Se estima que el meteorito impactó en la zona a más de 36.000 kilómetros por hora, formando un cráter de más de 100 kilómetros de ancho y posiblemente esparciendo escombros por todo el planeta, según el estudio.En mayo de 2021, un equipo de especialistas emprendió un viaje desde Perth hacia la región de Pilbara, en Australia Occidental. Este desplazamiento tenía un objetivo claro: localizar evidencia visible de un cráter asociado con antiguos impactos de meteoritos. Los geólogos involucrados en el proyecto contaron con la colaboración del Servicio Geológico de Australia Occidental (GSWA) para trabajar durante dos semanas en esta zona, con la intención de reforzar su hipótesis sobre el origen de los primeros continentes terrestres.Sin embargo, esta teoría contrasta con las explicaciones predominantes acerca del origen de las rocas más antiguas del planeta, las cuales datan de hace más de 3.000 millones de años y se encuentran en los núcleos de los actuales continentes. Muchos geólogos sostienen que dichas rocas pudieron haberse formado a partir de columnas de material caliente ascendiendo desde el núcleo terrestre, un proceso comparado con el flujo de cera en una lámpara de lava. Otros, en cambio, defienden que fueron generadas por dinámicas tectónicas similares a las de hoy en día, donde el movimiento y colisión de placas terrestres produce elevaciones y hundimientos de la superficie.
Pese a las diferencias entre estas explicaciones, tanto el modelo de columnas ascendentes como el tectónico apuntan a un factor común: la pérdida de calor desde el interior de la Tierra como fuerza impulsora de estas transformaciones. No obstante, los defensores de la hipótesis de los meteoritos abogan por un mecanismo externo como detonante. La búsqueda en campo de pruebas más contundentes, como el mencionado cráter, intenta respaldar una visión alternativa frente a estas teorías convencionales.El cráter Deniliquin, cuya formación está vinculada a un impacto catastrófico, pudo haber sido provocado por un asteroide que impactó durante el evento de extinción masiva del Final del Ordovícico. Este fenómeno ocurrió entre hace 445,2 y 443,8 millones de años y tuvo consecuencias devastadoras: eliminó al 85% de las especies vivas de la Tierra, según lo expuesto en la información proporcionada.
La ubicación original de esta estructura, actualmente oculta bajo el suelo del estado de Nueva Gales del Sur (NSW) en Australia, habría estado en el este del antiguo supercontinente Gondwana, antes de su fragmentación en diversos continentes menores, entre ellos Australia. Este impacto habría sido significativamente mayor que el del famoso cráter de Chicxulub, responsable de la extinción de los dinosaurios.