17 de diciembre de 2024
La posibilidad de que Maurico Macri compita en CABA abre interrogantes sobre la estrategia del peronismo porteño
En Unión por la Patria advierten que un escenario muy fragmentado podría perjudicarlos. El esquema más conveniente para sus aspiraciones es la unidad entre LLA y el PRO
El desgaste permanente al que está sometido Macri por su vínculo con el Gobierno lo llevó, una vez más, a tensar la cuerda que lo une a Milei. Si el ex jefe de Estado decide competir, obligará a La Libertad Avanza (LLA) a poner en la cancha un candidato potente para frenar el arrastre que pueda tener el apellido. La apuntada es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que empuja con firmeza una fusión de un sector del PRO con el Gobierno y que se convirtió en la enemiga de Macri dentro de la interna partidaria.
La disputa en la Cámara alta tiene dos nombres propios en pugna. Recalde quiere renovar su mandato, mientras que Santoro también tiene voluntad de competir por esa misma banca. Desde los entornos de ambos hay un mensaje unificado: el espacio político deberá definir la estrategia conjunta según el contexto en el que se desarrolle la elección.
En UP hay dos teorías respecto a la posible fragmentación del electorado que representan las dos fuerzas aliadas. La primera indica que la división del voto de centro derecha abre un camino en el medio, que le multiplica al peronismo las posibilidades de obtener el segundo lugar. La segunda opción es más negativa. Sostiene que si se incorpora una fuerza de centro a la competencia, al partirse tanto el escenario electoral, el peronismo corre el riesgo de salir cuarto.
Esa proyección tiene adosada la candidatura de un espacio de centro que podría estar representado por Horacio Rodríguez Larreta, que está con ganas de competir el año que viene, aunque no definió nada. El ex jefe de Gobierno tiene diálogo abierto con Martín Lousteau y Juan Schiaretti. El “Gringo” y Florencio Randazzo ya presentaron un partido nacional para competir en varios de los distritos importantes del país y que podría servirle como base para competir por una banca en el Senado o la Cámara de Diputados.Esa fragmentación del electorado que aparece como una posibilidad sería una mala noticia para el peronismo, que está golpeado y que atraviesa un nuevo tiempo de internas, en medio de un intento de reorganización. Las posibilidades de meter a un senador por la minoría -en UP aceptan que no están en condiciones de competir por el primer lugar - será un elemento clave para la balanza se incline a uno u otro lado de las candidaturas.
Si el PRO y LLA van unidos, el peronismo puede aglutinar la mayor parte del voto opositor, polarizar la discusión electoral y la campaña, y meter el senador de la minoría. Son teorías electorales que se van modificando y readaptando, según las fluctuaciones del contexto político.Recalde representa al sector más kirchnerista de UP. Parte de la mesa chica de La Cámpora y de estrecha relación con Máximo Kirchner, quiere quedarse en la Cámara alta y dejar abierto su camino hacia el 2027. Santoro, radical con buena relación con el mundo K, pero distante del camporismo, tiene como objetivo final ser candidato a Jefe de Gobierno porteño en dos años y medio. La estrategia que elija y la decisión que tome estará influenciada por su voluntad electoral, además de las necesidades del espacio político.En la Legislatura, y con mandato hasta el 2027, está Matías Lammens. El ex ministro de Turismo es uno de los nombres propios del espacio que está mejor posicionado en las encuestas. Una rareza en un distrito que siempre le ha costado al peronismo y en el que el kirchnerismo tiene una minoría intensa que le ha alcanzado para quedar en el segundo lugar, pero que le cuesta perforar.
Lammens tiene una opción sola por delante que es la de encabezar la lista de diputados nacionales. Dentro de UP ya lo tantearon para ver si lo divisa como opción. Falta demasiado tiempo y desde su entorno dicen que no hay nada definido. Dependerá del armado electoral que se haga y la propuesta de candidaturas que se acuerde. Tanto el ex ministro, como Santoro, tienen la vocación de llegar la jefatura de Gobierno en el 2027.