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26 de noviembre de 2024

Regresó al mar una tortuga marina de 130 kilos y más de un metro de longitud que había quedado varada en Las Toninas

Al ser hallado en una playa, a fines de octubre, el reptil presentaba un cuadro de debilidad generalizada. Fue auxiliado por una vecina y, más tarde, la Fundación Mundo Marino le brindó los primeros auxilios y lo trasladó hasta su centro médico. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el estado de conservación de la tortuga cabezona es “vulnerable”

>Una tortuga cabezona (Caretta caretta) regresó al mar durante la mañana del pasado miércoles, luego de atravesar un proceso de rehabilitación de tres semanas en la Fundación Mundo Marino. Había sido encontrada el 30 de octubre en una playa de la localidad costera de Las Toninas, cuando una vecina la vio varado y con notables signos de debilidad.

La tortuga es un macho adulto que, hasta el momento, fue el animal vivo más grande de esta especie que ingresó a la Fundación Mundo Marino, donde fue asistida: registró un peso de 130 kilos y un caparazón de más de 1 metro de longitud.

La tortuga cabezona es una especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra en estado “vulnerable”, lo que significa que la especie corre el riesgo de pasar a la categoría “en peligro de extinción” en un futuro inmediato si los factores adversos que actúan sobre ella no son corregidos.

Respecto a su origen, la mayoría de las tortugas de esta especie llegan a las latitudes de la Costa bonaerense provenientes de las playas que se encuentran en el nordeste de Brasil y al igual que el resto de las especies de tortugas marinas, las hembras vuelven a desovar (soltar los huevos) a la misma playa de anidación en la cual nacieron. El apareamiento ocurre en el agua cerca de las playas de anidación y se produce cada tres años.

Sobre cómo fue el proceso de recuperación, Juana Caferri, médica veterinaria de la Fundación Mundo Marino, explicó que el animal ingresó “muy débil, sin capacidad de reacción frente a estímulos y con una herida en su caparazón ya cicatrizada en la zona caudal”.

También detalló: “Como presumimos que llevaba un tiempo sin alimentarse, primero procedimos a hidratarlo por vía subcutánea con soluciones glucosadas y sales. Luego, una vez estabilizado, le tomamos una muestra de sangre que, aunque mostró parámetros sanguíneos normales, evidenció un bajo nivel de glucosa y proteínas. Esos datos nos confirmaron que el animal no se estaba alimentando. Por último, como tratamiento de soporte general, le administramos antibióticos y antiinflamatorios”.

Lamentablemente es común la interacción negativa de basura con estos animales. Además, como tienen respiración pulmonar, si quedan atrapados en alguna red de pesca, pueden ahogarse o sufrir un síndrome de descompresión por cambios bruscos en la presión del agua. Afortunadamente, en el caso de esta tortuga, a través de las imágenes que tomamos, descartamos ambas posibilidades”, agregó Caferri.

Una vez transcurridos los 10 primeros días de rehabilitación, la tortuga comenzó a comer por sus propios medios mostrando una buena actitud alimenticia y comportamental, así como una natación adecuada. En ese sentido, el equipo veterinario del centro de Rescate procedió a darle el alta médico veterinaria.

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